Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- Dicen que la depresión se controla con tratamiento, pero en Venezuela esa no parece una opción y es que, la falta de medicamentos, condena a los pacientes a calmar el trastorno anímico sin ayuda.
Medicamentos como el trittico, citalopram o fármacos que funcionan como ansiolíticos y antidepresivos como el alpram no se consiguen en las farmacias. La razón es desconocida por los trabajadores de farmacias, pues solo saben que los laboratorios dejaron de traerlos.
«Cada vez es más complicado. Hace unos tres meses cadenas como Farmatodo vendían medicamentos como el trittico, pero ahora esto no se consigue«, explica Javier Salazar, administrador de una farmacia en el centro de la ciudad.
La falta de antidepresivos en las calles pone en alerta al gremio médico pues los especialistas señalan que las personas que necesitan de estos fármacos suelen caer en crisis que complican sus vidas, pues la pérdida de apetito, el insomnio y en algunos casos la tendencia al suicidio son algunas de las consecuencias.
«Son personas que no están bien emocionalmente. Las crisis son frecuentes en estas personas y eso es un riesgo. Muchos de estos pacientes se aíslan y terminan muy mal», explica la internista Lorena González.
La especialista mostró su preocupación por la escasez con la que deben lidiar las personas que sufren de depresión, pues la situación país es caldo de cultivo para el desarrollo de este trastorno. «Al ver las noticias y al escuchar a la gente hablar es muy fácil deprimirse«, comenta la especialista.
Marco Tulio Mendoza, médico psiquiatra, explicó en días pasados que Venezuela es una sociedad que sufre de desesperanza aprendida, lo que significa que la población puede sufrir fácilmente de este trastorno anímico.