Jesús Alí Oviedo | LA PRENSA.- La señora Gisela Salom, quien es empleada doméstica, contó que su cocina se dañó hace dos meses y quedó prácticamente inservible, a partir de ahí comenzó su dolor de cabeza por los altos costos de los electrodomésticos.
Y es que en Barquisimeto una cocina nueva de cuatro hornillas cuesta entre 1 millón y 4 millones de bolívares. “Yo no gano la plata necesaria para comprarme una cocina nueva”, dijo con cierta tristeza Salom, quien resolvió su situación con una cocina usada que le regalaron, pero tuvo que hacerle reparaciones y aún así gastó más de 120 mil bolívares.
La inflación han hecho que los artefactos para el hogar estén llevando polvo en los comercios pues los precios están por las nubes y las ventas por el piso.
Una persona que gana salario mínimo no tiene para comprar una cocina de paquete, aunque hay otros productos como las planchas, batidoras, licuadoras y cafeteras que hasta hace tres años podían adquirirse, ahora tampoco se puede porque alcanzan hasta el millón de bolívares.
Un comerciante de origen árabe que tiene su local en el centro de Barquisimeto cuenta que el precio del dólar paralelo es el que está determinando el valor de los electrodomésticos, debido a las limitaciones que ha puesto el Gobierno nacional para la adquisición de divisas les toca ingeniárselas para mantener los negocios surtidos, agregó que la situación se intensifica cada vez más.
Los trabajadores de una tienda de electrodomésticos de Barquisimeto contaron que cuando las personas preguntan por los precios se espantan, es más, detallaron que casi no llegan clientes. Además los empleados destacaron que para algunas personas la sorpresa es mayor debido a que las marcas que ofrecen, en la mayoría de ocasiones, no son reconocidas, pero están igualmente costosas.
Sin embargo, hay equipos eléctricos o electrónicos que para el ciudadano de a pie serán un sueño, como las lavadoras que superan los Bs. 7 millones.
Ante esta situación, Leonel Díaz dijo: “no queda más opción que cuidar las cosas que uno tiene en casa, de verdad, hay que tratar los corotos con amor, porque con esos precios sólo el rico puede comprarlos”.
En los últimos años la crisis que atraviesa el país afecta a los más pobres.