Joelis Sosa | LA PRENSA.- Cuando la aguja del reloj avanza, los transportistas sienten un gran peso en su existencia pues desde hace seis meses la falta de repuestos y lo caro que están saca de circulación a muchas busetas que no pueden producir para pagar esas partes.
Diez de las 28 líneas más importantes que ruedan por el municipio Iribarren presentan el déficit más grave desde 2015. En promedio se constató que la mayoría presenta 50% de unidades menos que hace 3 años a causa de los repuestos, inflación y un nuevo factor que también lo hace desaparecer de apoco: el ‘malandrero‘ que los ataca.
En la Ruta 19, hace dos años funcionaban 85 rutas, ahora sólo 30 están operativas y a media máquina. “Es algo difícil porque los repuestos están muy caros, la mayoría de las rutas están accidentadas y guardadas”, lamentó Marcelino Pargas, socio de la Sociedad Civil Ruta 19, quien explicó que las pocas busetas que andan cargando pasajeros a diarios lo hacen a medias. “Han disminuido sus vueltas por día porque todos quieren cuidar sus carros” expresó.
Pargas detalló que si fuera por ellos hicieran más recorridos y trabajaban durante todo el día como en años anteriores, pero el solo pensar el precio de los cauchos, pastillas y otros repuestos los detiene, esto lo ha llevado a dar entre 3 a 4 vueltas diarias porque deben mantenerlos en buenas condiciones para continuar trabajando.
Se arriesgan
Tanto ha sido el problema con los repuestos que ha llevado a los choferes a arriesgarse a trabajar con los cauchos lisos o remendados. Jesús Madrid, chófer y socio de la línea Ruta 3, asegura que para poder comprar un solo caucho debe trabajar full un mes y sin gastar ni medio. Por ello tomo la opción de transformar cuatro llantas, a las que le coloco pestañas (adapto el caucho rin 17 a un rin 16), para poder continuar trabajando y seguir manteniendo a los suyos.
Mencionó que hay muchos de sus compañeros que trabajan con los cauchos lisos y hasta con el latón o la tapicería en muy malas condiciones porque lo poco que ganan no es suficiente para mantenerse ellos, sus familias y las unidades.
Este hombre que tiene más de 15 años trabajando como rutero explica que en años anteriores podía pagar un avance, cosa que ya no puede hacer porque sería otro gasto y no tendría ganancia, por ello tomo la opción de manejar él su unidad. Señaló que el bajo precio del pasaje los ha golpeado mucho porque recuerda que en años anteriores el costo de un periódico iba a la par con el del pasaje.
Otra de las cosas que aqueja a los transportistas es la inseguridad que durante los últimos dos meses los ha arropado con más fuerza. Los más afectados son quienes trabajan para la zona del oeste. La Ruta 19 y 9 es una de las más perjudicada, cuentan los choferes de estas unidades que en menos de dos semanas los han robado 8 veces, cosa que los alarma porque salen a trabajar con zozobra, sin saber si llegarán de vueltas a sus hogares.
“Nos encomendamos a Dios antes de salir de nuestras casas para que no nos pase nada”, aseguró uno de los transportistas quien explica que desde Metrópolis en adelante es la zona de peligro. “Desde allí nos secuestran” finalizó.