Agatha Reyes | LA PRENSA DE LARA.- Cada paso se convierte en una gota de esperanza para el reencuentro con su esposa. Esta la historia de Johan y su hija de siete años, quienes partieron a pie desde Barquisimeto con rumbo a Bogotá, Colombia, camino que emprendieron huyendo de la crisis que ha llevado a más de un venezolano al limite y tomar alternativas drásticas y radicales, como caminar hasta poder cruzar la frontera.& ;
«Estamos cansados de la miseria de acá de Venezuela, comiendo arroz picao puro, a veces no cenábamos», dice el hombre visiblemente cansado, mientras con un brazo sostiene a su pequeña que también luce rostro agotado y en sus manos una manta rosada a la cual se aferra.& ;
El pasado viernes salieron de la ciudad crepuscular y hoy jueves 1 de octubre llegaron al estado Táchira. El camino ha sido duro, pues les ha tocado dormir en el monte y pasar hambre, un sacrificio que Johan asegura es para poder trabajar y lograr que la niña vea a su mamá que los espera en el vecino país.
Su historia es similar a la de muchos venezolanos que a pesar de la pandemia de la COVID-19, decidieron salir del país, pues las fallas en servicios públicos y el deterioro en la calidad de vida hace que cada día se más agotador que otro y se vean obligados a buscar mejores opciones que les garanticen por lo menos las tres comidas diarias.& ;
Caminantes llegan a la frontera& ;
Rostros cansados, pieles quemadas por la acción del sol y pies llenos de burbujas y úlceras, es solo una muestra de lo que a diario padecen quienes decidieron emprender camino a pie desde sus hogares hasta Colombia. Cientos de kilómetros han dejado huellas no solo en sus cuerpos, sino en sus almas. Las evidencias de que el viaje ha sido duro para todos, sin excepción, están a flor de piel.& ;
En grupos de diez, doce y hasta quince personas caminan a la orilla de la carretera que conecta a San Cristóbal con los municipios fronterizos del estado. Con lo poco que puede caber en un bolso, acompañados o solos, emprendieron el camino. Unos con cuatro días en carretera, mientras que otros, oriundos del oriente del país, ya llevaban una semana de travesía. Este martes, bajo la lluvia, el sol y el frío, los caminantes, como les dicen, narraron sus vivencias al equipo de LA PRENSA.
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