El estado Lara suma galardones y patrimonios y es que el orgullo corre por las venas y se celebra con la energía de los sones de negros. Un estado donde los colores vivos y las diversas expresiones artísticas convergen, enriqueciendo una escena creativa que lo posiciona como referente nacional.
Desde 2023, Lara ha cosechado tres Premios Nacionales de Cultura en Teatro, Artes Plásticas y Fotografía, además de Premios Gloria Artística de Venezuela. Maestros como Armando Villalón y Joel Pacheco, declarados Patrimonios Vivos de Lara, demuestran que estos reconocimientos no sólo honran décadas de trayectoria, sino también el compromiso de compartir sus conocimientos y legados artísticos.
Es una celebración tras otra. Se reconoce la constancia de los cultores que dedican casi toda su vida a la creatividad. No miden el tiempo y siempre buscan expandir el sentido de pertenencia, asumiendo la expresión cultural como parte de su identidad. No se detienen en intereses comerciales; su ganancia es seguir aportando desde cada uno de sus nichos y agradecer esos galardones. Cuando la mayoría supera los 50 años de carrera artística, las décadas no pesan ni implican cansancio, pues sus imaginarios se nutren de la libertad creadora.
La algarabía del ambiente permanece inalterada desde que Sylvia Mendoza, a sus 83 años, fue distinguida con el Premio Nacional de Cultura en la mención Teatro en 2023. En esa misma edición, el reconocido actor Asdrúbal Meléndez, de 87 años y Premio Nacional de Cultura de Cine desde 1992, también fue honrado con el Premio Glorias Artísticas.
Aumenta el festín a finales de noviembre de 2024, cuando dos grandes de las artes plásticas, Villalón y Pacheco, fueron exaltados como Patrimonio Cultural Vivo por Concultura, el máximo reconocimiento regional. Pero esto fue sólo una antesala, pues este 2025 comienza con la gratificante noticia de que Pacheco se alzó con el Premio Nacional de Cultura en Artes Plásticas 2024 y el destacado muralista, Jorge Arteaga fue reconocido como Gloria Artística de Venezuela. La fotografía también tuvo su mayor expresión con Joel Ochoa.
«Es un compromiso para seguir trabajando y agradeciendo a Dios, a la Divina Pastora y dispuesto a donar obras a instituciones, murales en universidades o lugares públicos, así como formar a las nuevas generaciones», exclama Villalón, a quien le han conferido dos doctorados Honoris Causa de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) y Universidad Yacambú.
Dinorah Cruz, presidenta del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), afirma que las distinciones más relevantes son las otorgadas a personas por el Ministerio de Cultura. Le siguen aquellas otorgadas por la misma institución a edificaciones; las que superan las 53 mil desde 2005. También se incluyen los portadores patrimoniales, quienes pueden postularse si cuentan con más de 25 años de trayectoria. El proceso de validación es exhaustivo y se analiza la forma en que transmiten sus conocimientos, ya sea a través de la academia formal o por reconocimiento comunitario, cuyos méritos también son evaluados.
El hecho de contar con tantos años de experiencia no garantiza la veracidad de toda la información. Cada expediente es debidamente justificado y fundamentado. Se elabora una ficha personal detallada y se acompaña de la documentación correspondiente, sometida a un riguroso proceso de revisión y aprobación administrativa antes de su publicación en gaceta.
Lara recuerda a distinguidos como José Bernabé Alvarado (ya fallecido) en música, siendo el capitán mayor de Los Zaragozas de Sanare, así como la bailadora María Guillermina Goyo de Sequera, inolvidable entre las burriquitas, entre otros de Andrés Eloy Blanco. Además del cronista Héctor Rojas Meza, Ramón Guédez como escritor de cantos, el tamunanguero José Pío Rodríguez, la artesana María Magdalena Rivero y otros.
Cruz hace especial mención a las declaratorias municipales, consejos legislativos o instancias culturales. Exaltan la creación individual y motivan a la preparación de los artistas noveles para que sigan preparándose.
Constante aprendizaje en Lara
«El arte para mí es aprender hasta de lo popular e interesado en seguir aprendiendo», precisa Joel Pacheco, conocido como «El Pájaro» por su espíritu libre y que siempre se refugia en la paz de su taller «El nido azul», con la frescura y naturaleza de El Manzano. Es tan humilde que asume el premio nacional como una grata sorpresa este 13 de enero y no a título personal, se lo debe a seguidores, sus alumnos de la UCLA, aprendices en comunidades y todos aquellos que le permiten llevar la expresión plástica a cualquier destino.
A diario, su taller cobra vida entre pinturas, repuestos y materiales de desecho. Su arte trasciende lo bidimensional, pues se inspira en instalaciones y ensamblajes conceptuales. Más allá de los cuadros tradicionales, sus creaciones cobran vida en espacios tridimensionales. Trabaja incansablemente, pues siempre desea tener sus colecciones listas para cualquier exposición. Sólo resta seleccionar las obras adecuadas para cada ocasión.
Se complace con el grito de vida descubierto en su estilo experimental, sin perderse en lo abstracto, pues su imaginario es extraordinario en la relación entre formas y volúmenes. Trasciende lo convencional y se aventura desde el dibujo hasta las impresionantes instalaciones que recuperan la utilidad y una estética particular en materiales que se creían desechados.
Tiene prevista la posibilidad de realizar una muestra en el Museo de Barquisimeto, con el propósito de incluir a estudiantes de artes de la UCLA. No desea jubilarse, ya que disfruta de enseñar a sus alumnos, de la complicidad con ellos y de recobrar energías en ese proceso.
La sensibilidad e identificación con sus carreras mueve la fibra de los cultores larenses, cuya sabiduría traspasa escenarios y los compromete a continuar trabajando, seguir creciendo.
Barquisimeto lleva el sello de Villalón
La ciudad crepuscular lleva impregnado el estilo y pinceladas del maestro Armando Villalón, quien a 55 años de carrera es reconocido más allá de las galerías, en las diversas dimensiones de sus murales con lo efímero de sus brumas, matices del Valle del Turbio y la fe por la Divina Pastora. Sólo son algunos de sus méritos para que la Alcaldía del municipio Iribarren le honre con el Paseo Armando Villalón en la urbanización Nueva Segovia y cuya obra puede estar finalizada para el primer trimestre de 2025.
«Quiero demostrarle a mi Barquisimeto y especialmente, con los vecinos de la plaza, que vamos a tener actividades culturales para trabajar con los niños, pintar con los niños y alternar con música», exclamó con la voz entrecortada de tanta emoción y hasta sugiriendo la propuesta de «Niños cantando con Villalón».
Luis Jonás Reyes, alcalde del municipio Iribarren, resaltó la humildad y vasta carrera del maestro, reiterando que este espacio contempla la rehabilitación de la plaza José Parra Pineda (conocida como Los Semerucos) y la apertura del aula abierta para actividades formativas. El corredor tiene una extensión de 900 metros por la carrera 1 entre las calles 2 y 8 de Nueva Segovia.
Firmó el decreto para inicio de la obra, en gaceta 5071 y que contempla dos tótem por cada cuadra con sus obras, señalética, iluminación y con apoyo de instancias como Cortubar, Autoridad Metropolitana de Transporte y Tránsito (AMTT), Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) y hasta la hidrológica para corrección de algunas filtraciones.
Villalón estuvo acompañado por sus familiares, amigos y algunos artistas plásticos. Destacó que se trata de un espacio, una galería a cielo abierto y que tiene un gran valor sentimental, por tratarse de una vía que siempre caminó junto a sus hijos. «Hay que darle gracias a Dios, a la Divina Pastora y a la municipalidad con este regalo a mis 80 años de vida», señaló.
Será un ambiente para pintar, conversar acerca del arte y sembrar la curiosidad en niños y adolescentes. Acogerá a los artistas consagrados y noveles, así como a los estudiantes de artes plásticas de la escuela Martín Tovar y Tovar o de la UCLA. Será una invitación abierta para vivir el arte.
Baluartes que merecen sus galardones en vida
Cultores que dedicaron toda su vida a las diversas manifestaciones y dejan el semillero de relevo, tienen la prioridad de ser reconocidos con estas máximas distinciones y respetadas como patrimonios. Una retribución en vida y mientras tengan sus facultades, es el deber ser que recalca Marco Sarmiento, director del Gabinete de Cultura de Lara.
Son maestros que enriquecen la historia y los principios del creador venezolano, orgulloso de sus raíces culturales», señala Oswaldo Álvarez, presidente de Concultura, resaltando el valor de los maestros Villalón y Pacheco como patrimonios vivientes. Esta distinción es el resultado de sus impecables trayectorias y su sólido currículo, corroborado mediante diversas entrevistas. Tras un riguroso proceso legal que incluye la revisión de la Consultoría Jurídica de la gobernación y del gobernador, se emite el decreto correspondiente. Este proceso suele tomar varios meses.