Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Una imponente estatua pedestre del héroe epónimo Juan Jacinto Lara sobre una estructura de mármol, es lo primero que se logra ver al llegar a la Plaza Jacinto Lara, ubicada en la carrera 16 entre calles 22 y 23 de Barquisimeto. Esta icónica plaza que según el cronista de Iribarren Romel Escalona fue diseñada por Carlos Jara Calderón, también creador de La Concha Acústica de Barquisimeto, está revestida de frondosos árboles y caminerías que van contando la historia de su fundación y es que precisamente allí se entonaron por primera vez las notas del himno del estado Lara.
Justo detrás de ella, sin robarse su protagonismo se encuentra la iglesia San Francisco antigua catedral de Barquisimeto, juntas son un complemento vistoso que forma parte del casco histórico de la ciudad.
Este espacio recibió el nombre de plaza Jacinto Lara en 1938, cuando el general Lino Díaz decretó la demolición del monumento circular en honor a Simón Bolívar, mejor conocido como «la torta», donde se visualizaban los bustos de Sucre, Páez, Lara, Jiménez, Iribarren y Cedeño y en el centro la imagen del libertador, pues antes de pasar a ser la plaza Lara, fue la primera plaza Bolívar de Barquisimeto.
Este espacio, suma cientos de anécdotas de la devoción y fe larense. Durante 100 años recibió a la feligresía que iba a ver a la Divina Pastora en la iglesia San Francisco, cuando visitaba a Barquisimeto.
Romel Escalona, quien también es vicepresidente de la Asociación de Cronista de Lara, explica que esta plaza se establece en Barquisimeto en su último asentamiento a finales del siglo XVI, este espacio en primera instancia era usado por el convento de San Francisco, pero cuando llega el presidente José Antonio Páez en 1830, tras la separación de Venezuela con La Gran Colombia, impone el cerrar los conventos y estas propiedades pasan a ser parte del estado.
Justo en ese momento el general Páez comienza a decretar a en varias ciudades los Colegios Nacionales, hoy conocidos como los liceos y para 1835 se estableció en la capilla de San Francisco el primer Colegio Nacional de Barquisimeto, el cual comenzó a funcionar tres años después en 1838, pues este había sufrido los embates del terremoto en 1812.
«En esa inauguración del colegio funcionando en esa capilla se hizo una fiesta de varios días y es cuando se menciona por primera vez que ese espacio, que era un solar, sería la Plaza del Colegio, que es el primer nombre que recibe», dice el cronista.
Detalla que el Colegio Nacional de Barquisimeto, es la raíz de lo que actualmente es el Liceo Lisandro Alvarado, que luego fue mudado a otro sector donde comenzó a funcionar la escuela de música y ahí se le cambió el nombre por Colegio Federal hasta que en 1936 se le cambia el nombre por Liceo Lisandro Alvarado y que desde 1946 funciona en la carrera 15 con calle 32.
El cronista relata que para el año 1842, cuando son traídos los restos mortales de Simón Bolívar al país, el gobierno dispone que en las principales plazas de las ciudades lleven el nombre de Bolívar, pero la plaza mayor que hoy ocupa la manzana donde se ubica el templo Concepción estaba rodeada de casas en ruinas producto del terremoto de 1812, es por ello que se decide convertir la Plaza del Colegio en la Plaza Bolívar.
«Mucha gente quería que allí donde había existido San Francisco, se construyera la nueva iglesia parroquial de la ciudad, por lo que la destinan con el nombre de la Plaza Bolívar», asegura.
Para 1848 cuando se está levantando el templo de San Francisco, que antes llevaba el nombre de Nuestra Señora de la Purificación, existía la aspiración que al convertirse Barquisimeto en diócesis ésta sería la catedral, lo que ocurrió dos décadas después.
El cronista resalta que tras el asesinato del gobernador Martín María Aguinagalde, en 1854, la legislatura acordó colocar en ésta plaza una estatua del gobernante masacrado, lo que no se cumplió. Sin embargo, para 1907, el presidente del estado Lara, el general Santiago Briceño Ayesteran determina la instalación de un monumento circular, con bustos de héroes independentistas y en el centro el del Libertador, pero hacia 1929 se determina cambiar la plaza Bolívar, dándole su nombre a la entonces plaza Miranda ubicada al norte del templo de Concepción.
El monumento circular fue desmontado, y la antigua plaza Bolívar pasó a ser la plaza Lara, y al reformarse en 1939, durante la gestión del general Lino Díaz, se erigió una estatua pedestre del héroe de Corpahuaico y epónimo de nuestro estado.
Con aristocracia
La Plaza Lara fue el eje urbano de la aristocracia de El Papelón y El Café, a su alrededor vivían los grandes hacendados quienes tenían sus viviendas en la ciudad y sus haciendas en el Valle de El Turbio.
Así mismo fue el lugar de inspiración de escritores como Arráez, quien escribió «La Rosa Negra» entre otros libros.