Anny Giménez | LA PRENSA.- Jugueros se las ingenian para mantener su negocio en pie ante la falta de efectivo. Nicolás Gutiérrez tiene más de cinco años dedicado al comercio informal, pero ante la situación del país ha tenido que cambiar sus ventas, antes vendía chicha y tostones, el efectivo en ese momento no era ninguna dificultad, pero ahora se las ha visto negras.
La leche y las pastas casi ni encuentran y cuando se consiguen los precios son super altos y comprar a esos costos para vender es imposible, por eso se cambió a la venta del jugo natural de naranja.Para Nicolás el cambio no ha sido del todo favorable pues no tiene cuenta en el banco para hacer transferencias y mucho menos la posibilidad de solicitar un punto para que le paguen con tarjeta de débito.
No le ha quedado de otra que encomendarse a Dios a diario para que los clientes que quieran una jarrita de jugo tengan entre Bs. 12 y 25 mil que cuesta un litro o la jarra
de 2 litros respectivamente.
“A veces hay días en los que no logro vender ni una sola jarra, las ganancias son mínimas y no me da para comprar hielo y menos vasos por eso sólo vendo jarras”, agre
ga Gutiérrez. Los únicos que cuentan con un poco de mayor confianza son los mototaxistas que se llevan una jarra y como ellos hacen sus carreras en efectivo le pagan el jugo.
Dilver Pereza lleva cinco años vendiendo jugos de naranja en pleno centro de la ciudad, ahora también vende cambures y mandarinas. Desde hace 7 meses
cuenta con punto de venta para poder mantener su negocio, es alquilado, paga el 3 % por cada venta que hace, es decir que si alguien le compra un jugo de Bs. 10 que es el más pequeño si paga con punto cobra 13 mil y si es en efectivo es más barato.
Considera que mientras más variedad tenga para ofrecer, su clientela se mantendrá fiel a él. Vende vasos de jugos que van desde Bs. 10 mil hasta Bs. 30 mil y la bote
lla del litro lo tiene en 90 mil bolívares porque es concentrado y ya viene endulzado.
Antonio Paredes es un cliente asiduo de Dilver, asegura que prefiere mil veces comprar un jugo de naranja allí que un refresco “es más sano y más económico además
lo puedo pagar en efectivo”, resalta.
En el país conseguir efectivo se ha vuelto una odisea, y es por ello que los vendedores que antes ni se imaginaban recibir pago por transacciones bancarias ahora se re
buscan cómo hacerlas.
A los compradores se les hace cuesta arriba conseguir efectivo y cuando lo tienen lo cuidan como la niña de sus ojos para no gastarlo y van buscando lugares donde puedan pagar con tarjetas de débito o por lo menos hacer transferencias.
Más que los productos lo que las personas buscan en la actualidad es dónde poder pagar sin que sea efectivo y dan un brinco de la alegría cuando logran conseguir lo
que buscan a un precio justo y poder pagar con su tarjeta electrónica o hacer transferencias bancarias