Lactantes y escolares son vulnerables a la automedicación con infusiones o tés, por lo que especialistas resaltan el peligro de sufrir intoxicación o incluso la muerte. Esta práctica es común en padres que generalmente buscan calmar cuadros gastrointestinales y afecciones respiratorias, pero se atreven a hacerlo desconociendo que se abusa de los principios activos de las plantas, lo que puede causar daños en el hígado, los riñones y a nivel neurológico, especialmente en infantes menores de ocho años de edad, cuyos órganos están en pleno desarrollo.
Buscan la recuperación del paciente, ignorando los riesgos y la recomendación de pediatras es que pueden presentar reacciones inmediatas que van desde erupciones en la piel o inflamación por intoxicación, convulsiones y finalmente edema cerebral. Son contraindicaciones extendidas a las madres que amamantan y a través de la leche materna provocan malestares al bebé, como cólicos, problemas para evacuar y otros efectos leves, pero incómodos para los lactantes. Ellas deben acudir al médico, conociendo que también hay alimentos que pueden ser inconvenientes para el bebé.
Explica el doctor Huniades Urbina, pediatra intensivista y presidente de la Academia Nacional de Medicina, que ningún tipo de bebidas de plantas medicinales están indicadas y suele cometerse el error de suministrar guarapos con miel que tiene una alta concentración de espora de botulismo (bacteria Clostridium botulinum) y propicia toxinas que dejan expuesto a estreñimiento, cansancio extremo, parálisis, entre otras secuelas.


Menciona al hígado que puede verse amenazado, al no poder metabolizar los alimentos, medicamentos, hormonas y otras sustancias. Es un órgano importante que depura sustancias tóxicas en la sangre, sintetiza la bilis, regula la coagulación sanguínea y otros aportes al organismo. La administración farmacológica pediátrica es tan delicada que la posología es exacta en gotas y de acuerdo al peso del bebé.
«Es un gran riesgo porque estos guarapos son elaborados sin conocer la cantidad del principio activo y su potencia. No sabemos la cantidad que se está consumiendo y la gravedad para el niño», señala molesto por el peligro al que los exponen.
El anís estrellado que suelen usar para controlar cólicos, dolor estomacal y diarrea puede ocasionar hasta convulsiones, precisa la pediatra Claudia Santiváñez, de uso común en zonas rurales y cuya complicación puede desencadenarse por lo tardío del traslado del niño, considerando la atención primaria en el ambulatorio cercano, remitido al hospital de la capital del municipio y luego referido al principal centro asistencial en Barquisimeto. En ese momento, se puede tener a un niño con cuadro séptico, complicado, con problemas para respirar.
Daño por infusiones pueden ser neurológicos
«Los daños pueden ser neurológicos y causar la muerte», advierte y sin descartar el daño renal que termina de complicar la clínica del infante. Recalca lo delicado de las infusiones, cuando las hojitas que se agregan al agua caliente y a someterlas a cocción suelen ser en cantidad exagerada y mezcladas con otras plantas, en un universo tan desconocido, y resulta en un concentrado tan extremo que puede causar estragos en el niño.
También advierte que entre las comunes pueden ser anís estrellado para el estómago, verdolaga como depurativa, llantén terminando como laxante, oreganón con malojillo con riesgo de limitar el tracto digestivo y la hierbabuena que pierde su efecto digestivo y sedante en los niños.

