Jesús Alí Oviedo | La Prensa.- Las quejas y dolores de cabeza por la escasez de dinero en efectivo se multiplican a diario en las calles de Barquisimeto.
Hasta ocho horas pasan los guaros brincando entre los bancos para ver dónde tienen la suerte de sacar unos realitos, motivo por el cual las colas en instituciones bancarias del estado y privadas parecen interminables.
Luis Suarce es vigilante en una finca del norte de la ciudad y contó que agarra uno de sus dos días libres sólo para buscar efectivo en cajeros electrónicos y taquillas.
“Salgo de mi casa a las 6:00 de la mañana, llego después de las 4:00 de la tarde y no encuentro más de 100 mil bolos. A pesar de que saco en varias agencias por taquilla”, expresó.
El entrevistado especificó que el avance de efectivo en los comercios y tiendas era una opción, pero tras la eliminación de este servicio el caos por conseguir billetes ha aumentado.
El desespero, la frustración y la rabia son los sentimientos que se respiran en las largas filas —bajo el sol, la lluvia o el calor— en los bancos por las limitaciones que han puesto para el retiro del efectivo en las taquillas.
En el Banco Mercantil ahora dan por taquilla 15 mil bolívares, cuando hace tres meses la suma superaba los Bs. 20 mil. Mientras que el Provincial el monto máximo es de Bs. 10 mil y antes era de 30 mil. El Banco Activo redujo la cantidad de 40 mil bolívares a 10 mil.
Los larenses también se quejan de los cajeros por su mal funcionamiento y lentitud de los sistemas electrónicos.
La mayoría de los bancos sólo dejan sacar Bs. 10 mil por “telecajeros”, lo que, aseguran, “no alcanzan para nada”. Marilde Jiménez, ama de casa, aseguró que con esos 10 mil “bolos” sólo se pueden pagar los pasajes porque ni una harina “bachaqueada” se consigue a ese precio.
“¿Hasta cuándo vamos a aguantar tantas penurias? Si no es el efectivo es la comida o son las medicinas, vivimos a diario en una tortura”, destacó.
Jiménez acotó que a veces ha empezado a las 7:00 de la mañana a hacer colas en bancos, pero se ha hecho mediodía y aún no ha podido sacar nada.
El desgaste físico es lo único que le queda a los usuarios de los bancos porque les toca caminar largas distancias por el centro y este, principalmente, porque si se montan en rutas corren el riesgo de quedarse hasta sin la plata para volver a sus casas.