Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Vacas preñadas convulsionando hasta morir e imágenes dantescas de caballos y un burro descuartizados no desaparecen de la mente de los productores del municipio Jiménez. Indignados e impotentes, piden justicia ante el Ministerio Público por los casos de cuatro vacas envenenadas en San Miguel y en Cubiro con los equinos descuartizados, sospechando que estos hayan sido para el consumo humano. Desean la celeridad en este caso que fue denunciado ante la Guardia Nacional y Policía de Lara, a fin de que sean identificados y procesados los responsables.
Son actos suscitados desde hace un mes aproximadamente y mantienen en vilo a más de 100 productores. Explica Darwin Perdomo, titular de la Fundación «Cuatro raíces Ezequiel Zamora«, al señalar que los primeros hechos se registraron en Cubiro, cuando hace aproximadamente un mes consiguieron un caballo descuartizado en el sector Piedra de Ojo y para el 24 de mayo, ubicaron a otro en las mismas condiciones en el caserío La Gallera. La semana pasada se repite la escena, pero con un burro en el sector Paso Real.
«No se trata nada más de la molestia por la pérdida de estos animales, sino que presentan cortes en las patas y lomo por acumular más carne«, lamenta y temen que pueden comercializarla para el consumo humano.
Perdomo aún recuerda el asombro de los señores Erasmo García y Cristhian Rodríguez al contarle el hallazgo de las cuatro vacas este sábado 27 de mayo. Eran muy lecheras y estaban embarazadas, pero no dejaban de convulsionar, teniendo cerca hojas de jojotos que envolvían pastillas de fosfamina trituradas, siendo un conservante para las caraotas. Fueron a denunciar y con la presencia de los funcionarios ubicaron otros 18 «tamales tóxicos», que menos mal habían arreado el rebaño de unas 40 vacas hacia el corral, sino hubiesen muerto de la misma manera.
Exigen celeridad y evitar tanta zozobra.