Osman Rojas | LA PRENSA.– Lo que era una tranquila tarde casi termina en tragedia para los habitantes del caserío agua Viva en El Roble. A la 1:30 pm, una nube de humo se formó en el monumento Loma de León, las personas se asomaron asustadas a ver qué pasaba y a los pocos segundos la nube se hizo más grande y las llamas empezaron a visualizarse.
“Eso se está quemando”, gritaban asustados los vecinos del sector 2C de El Roble, zona que colinda con el monumento Loma de León. De manera inmediata, los vecinos llamaron a los bomberos, pero al ver que nadie llegaba los hombres de la zona decidieron tomar tobos de agua y subir a apagar las llamas que de a poco se acercaban a las casas.
“Eso era un verdadero infierno, el humo no dejaba respirar a la gente y el calor era insoportable. Todos cargamos agua para apagar el incendio, hasta los más chamos agarraron sus tobos”, contó Pedro Ruiz, habitante de la zona.
Según detalló Ruiz, por más de tres horas los vecinos estuvieron bregando con las llamas. Una comisión de la Policía Nacional Bolivariana llegó al sitio, pero al ver que todo estaba controlado se retiró sin ni siquiera hablar con las personas.
“Son unos sinvergüenzas, nadie nos ayudó, todo lo tuvimos que hacer nosotros”, vociferó molesta María Suárez, habitante del lugar.
Luego que el fuego fue controlado los curiosos empezaron a caminar sobre la montaña para ver la extensión de las llamas. En el recorrido, las personas notaron cómo el orégano que estaba sembrado allí fue calcinado. Fueron siete las hectáreas que sufrieron los embates de la candela. Vecinos denuncian que los bomberos nunca llegaron.