Jordán / Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Transitar por las calles de Barquisimeto se ha vuelto una completa tortura para los conductores y peatones, quienes deben esquivar el sinfín de huecos en el asfalto que han aparecido producto de las filtraciones en las tuberías de aguas blancas y los colapsos de cloacas.
Además de los «cráteres lunares», como los denominan algunos habitantes, los ciudadanos también deben lidiar con los molestos olores de aguas putrefactas que recorren las principales vías como si de un río se tratara.
Tal es el caso de la avenida principal de La Carucieñ;a, al oeste de Barquisimeto, solo en esta avenida se contabilizan al menos 14 colapsos de aguas negras. La laguna nauseabunda comienza en la calle 11, pasando por la 13, 15, 17 y culmina en la 19, según Alcides Pérez, dirigente de la comunidad, esta situación se convirtió en un dolor de cabeza para los habitantes de la zona que ya perdieron la cuenta de cuanto tiempo tienen con la problemática.
«Hidrolara lo único que viene es a tomar fotos, se van y no reparan nada», dijo Alfredo Matute, habitante de La Carucieñ;a. Comenta que temen enfermarse por la gran contaminación que hay en el sector.
En horas del mediodía es cuando menos aguantan estar en sus casas, pues es en ese lapso de tiempo es que los olores son más fuertes. Algunos como medida desesperada se van a casa de otros familiares, porque ya ni comer pueden, mientras otros no tienen más opción y les ha tocado acostumbrarse a la terrible situación.
José Luis Zerpa, quien también es vecino de La Carucieñ;a, aseguró que no solo se trata de los desbordes de aguas negras, a esto se le suman las filtraciones de la tubería de agua blanca, «eso parece un río los domingos, porque corresponde que llegue el agua», cuenta.
Esta situación no solo se ve en las comunidades del oeste. En avenidas céntricas de la ciudad también se vive el mismo caos. En la avenida Vargas con calle 23 hay un bote de aguas negras el cual según los trabajadores de la zona tiene al menos un añ;o, en ese tiempo los organismos correspondientes no han buscado una solución.
Otro de los colapsos está ubicado en la avenida Libertador con calle 37, unas cuadras más arriba, en la calle 42, el desborde de agua también ha acabado con el asfalto.
Ante esta situación habitantes piden a las autoridades competentes abocarse, pues estos botes impiden que puedan transitar con tranquilidad en las calles.