Osman Rojas D. | LA PRENSA DE LARA – Las farmacias en el estado trabajan a media máquina. Desde que arrancó la cuarentena los problemas con el suministro de fármacos se han convertido en una constante y eso se ve reflejado en el poco inventario que hay en las droguerías. Pastillas para la tensión, insulina, medicamentos para calmar el dolor y hasta los antiinflamatorios, todo escasea.
«Llega lo mínimo para poder trabajar. Es lamentable lo que está pasando porque ya no hay variedad de medicamentos. Las grandes cadenas de farmacias reciben dotaciones de dos o tres veces por semana, pero las pequeñas recibimos el suministro una vez cada siete días. Los pacientes son los que están contra la pared«, decía Andrés Mendoza, encargado de una farmacia en el oeste de la ciudad.
El problema para las droguerías está relacionado directamente con la gasolina. Aunque en teoría este debería ser un sector priorizado, los laboratorios también tienen problemas para circular por todo el país. «El problema no es únicamente en Lara. Toda Venezuela tiene déficit importante de medicamentos», señala Mendoza.
De acuerdo a los datos que maneja la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), en estos momentos hay una escasez de medicinas que alcanza el 85 %. A eso hay que sumarle que muchas farmacias no pueden trabajar porque sus empleados no pueden movilizarse.
«Es una situación insostenible para la gran mayoría. Las farmacias están trabajando con lo que se puede, pero sin medicinas y sin personal es muy cuesta arriba», señala Mendoza.
Omar Álvarez, presidente del Colegio de Farmacéuticos en el estado Lara, ha denunciado esta situación en reiteradas ocasiones y señala que es necesario elaborar una planificación para que el sector sea realmente priorizado.
«La escasez de combustible afecta a todas las farmacias. Solo las grandes cadenas pueden pagar transporte a su personal», ha dicho en reiteradas ocasiones el especialista.
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