Osman Rojas D | LA PRENSA de Lara.- A las personas les toca aprender a vivir con dolor. La falta de analgésicos en la calle (se estima que hay un 80% de escasez) y el alto costo que tienen los pocos medicamentos que se consiguen en las farmacias deja contra las cuerdas a los pacientes a los que les toca aguantar los malestares.
Hugo Canales, representa farmaceuta en el estado, comenta que cada vez hay menos medicamentos para tratar estas patologías y explica que los laboratorios no están distribuyendo fármacos que sirvan para aliviar el dolor. «Casi no distribuyen. Lo que hay es para calmar el dolor de cabeza pero nada más», dice.
Canales comenta que de diez analgésicos que se conseguían en las farmacias hace un par de años ahora llegan, cuando mucho, dos. «El problema es que no hay producción de ningún tipo. Las personas deben calmar el dolor con cualquier otra cosa», comenta.
De acuerdo a lo explicado por Canales los analgésicos postoperatorios como el notolac o el ketorolac son los que más cuesta conseguir. «Estos fármacos no se volvieron a ver», comenta.
Luis Felpe Gómez, representante de la Federación Farmacéutica Venezolana, explica que la escasez de estos medicamentos obedece a un tema de producción e importación pues en el país no se hacen medicinas de este tipo y las farmacias que tienen musculo propio para traer medicinas buscan otro tipo de fármacos.
«Lamentablemente las personas tienen que calmar con guarapos sus dolencias porque no hay otra cosa. Es dramática la escasez de medicamentos en el país», suelta.
Ignacio Parra, médico internista, habló sobre la preocupación que hay por la falta de analgésicos en el mercado pues asegura que las personas pueden llegar a descompensar su presión arterial producto de un dolor que no sea controlado.
«Los pacientes se exponen al no haber medicamentos de este tipo. Ni siquiera en los hospitales hay cómo calmar un dolor y eso es algo muy delicado», sentencia el especialista.