Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- En plena cosecha de leguminosas, en el país se produjeron apenas 30 mil hectáreas de frijol y no las 50 mil hectáreas que productores promediaban para este 2021. Según el director de Fedeagro, Ramón Bolotín, la caída se debe a la escasez de gasoil que mantiene una paralización mecánica del campo venezolano y ha obligado a la importación de algunos granos.
Precisó que este año sólo se produjeron unas 30 mil toneladas de frijol, que representan una sexta parte (16%), de lo que el país producía en 1960, año en que la producción nacional de frijol abastecía la demanda total de Venezuela.
«Sólo recibimos el 20% del gasoil que se requiere para sembrar y cosechar. Nos preocupa que el gobierno no busque solución porque cuando inicie la temporada de lluvias, en abril, no tendremos cómo comenzar el ciclo de invierno que es cuando se siembra arroz y maíz, los rubros de mayor demanda en el país», informó.
Apuntó que de continuar esta escasez el sector está en «muerte súbita», porque a diferencia de los agricultores de hortalizas o los productores de café, el cultivo de leguminosas y oleaginosas es totalmente mecanizado.
Reveló que el 90% de los granos que cosecharon en Portuguesa son frijoles chinos, que van directo a las cajas CLAP. Precisó que Venezuela produce muy pocas caraotas negras, el precio de este producto en el mercado es internacional, porque es importado desde Argentina o China.
«Los precios de los granos no son abultados, la realidad es que la capacidad de compra de los ciudadanos ha disminuido, en todas partes del mundo las leguminosas están por encima de $2.5 el kilo al precio del consumidor, lo que sucede es que el venezolano tiene una capacidad de compra muy limitada y le parece costoso pagar Bs. 3.000.000 por un kilo de caraotas que es como se cotiza en el mercado», expresó.
Naudy Rodríguez, comerciante en el mercado Terepaima, comentó que quienes venden granos han reportado una caída en las ventas del 60% en lo que va de 2021.
«La gente compra cada vez menos granos, quienes nos dedicamos a comercializar este rubro estamos de brazos caídos, porque los precios aumentan aproximadamente entre 300 mil y 500 mil bolívares cada semana por la hiperinflación», alegó.