Kemberling Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- Cuando Carlos José Aranguren, chofer de «rapidito» de la línea El Cují-Tamaca, tiene que encaminarse al centro de Barquisimeto, inevitablemente debe recorrer la avenida Carabobo en Pata ‘e Palo. ¿;El problema? Existe una enorme zanja que no sólo ocasiona dañ;os en el tren delantero de los vehículos, sino mucha incomodidad para los comerciantes de esa zona.
Luis Soto, vendedor de frutas, explica que con los constantes recorridos de las unidades del transporte público la tierra de la zanja termina alcanzando su puesto y del resto de comerciantes. Contó que hace más de un añ;o fue sustituida la red colectora de aguas negras en ese tramo y, una vez ejecutadas la labores, la hidrológica dejó la vía rota y desde entonces padecen un calvario.
«¿;Qué le costaba a las autoridades mandar a tapar esa zanja?; solucionaron el problema de las cloacas, pero dejaron uno peor: la vía no sirve, la zanja está en todo el centro de la calle y es urgente que reparen la capa asfáltica», dijo.
Mientras que Francisco Suárez, otro de los comerciantes, informó que lo peor se vive cuando llueve: la vía se inunda por completo y los carros tanto livianos como pesados caen de forma precipitada al hundimiento que dejó Hidrolara.
En este sentido, solicitan a los organismos a los que competa el caso, incluir en los planes de bacheo la rehabilitación de la concurrida vía que comunica al norte con el centro de Barquisimeto. «Ellos (las autoridades) tienen que hacerse responsables, llevamos más de un añ;o esperando que se ocupen de arreglar la calle y no hacen nada».
En la avenida Carabobo con calle 26, a poca distancia de la mencionada zanja está otra muestra de desidia oficial; el hueco abarca casi lo ancho de la calle, dificultando el recorrido de los carros y motos. Los vecinos cuentan que en las noches, con la poca iluminación que hay en el lugar, los automóviles caen repetidas veces y, en ocasiones, han tenido que auxiliarlos porque las unidades sufren desperfectos a causa del «megahueco».
Insalubridad
Detrás de la estación de servicio de Pata ‘e Palo, la más cercana al Hospital Pediátrico, hay un bote de aguas negras. Desde hace varios meses, los habitantes de la zona soportan olores desagradables que generan un ambiente de insalubridad, perjudicial para la salud, sobre todo de los niñ;os y personas de la tercera edad.
Cuando arrecia el sol, la fetidez es peor; pese a las denuncias hechas vía telefónica y a través de las redes sociales de la hidrológica de Lara, no envían cuadrillas de reparación.
«Inyectamos más recursos»
Luis Jonás Reyes, alcalde del municipio Iribarren, declaró que en enero comenzaron con el «Plan Tapahuecos» en el pueblo de Santa Rosa y continuarán «inyectando recursos» en el resto de las comunidades para rehabilitar las vías. En este sentido, Pata ‘e Palo sería uno de los próximos sectores en ser beneficiados. Destacó el Plan de Recuperación Vial que aborda el oeste de la ciudad, como es el caso de la avenida San Vicente y de la calle 60.
