Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.-& ;En el Pampero los pacientes no tienen derecho a un trato digno. Esa es la denuncia que hace la señora Eddy Lucila Baena Saavedra, madre de Eligio Alfredo Malpica, hombre de 50 años que murió el pasado martes en el Hospital Central, luego de estar recluido en el centro psiquiátrico media década.
Los médicos le dijeron a la mujer que «Minino», (apodo con el que conocían al enfermo) murió por un paro respiratorio, pero ella sabe que las causas van mucho más allá. Desnutrido y deshidratado estaba el hombre que pasó cinco años en el hospital de asistencia mental.
Con lágrimas en sus ojos, la madre comenta el sufrimiento de ver a su hijo padecer durante cinco largos años. Falta de tratamientos, ausencia de médicos especializados, mala alimentación y condiciones insalubres, fueron algunas de las cosas que tuvo que soportar Malpica.
«A mi hijo le daban comida cruda y sin sal. Los granos los servían duros y él no se los comía. Hacían pasta sin ningún tipo de aliño y la servían con auyama», rememora con tristeza.
La mujer explica que su hijo fue recluido en la institución por sufrir de esquizofrenia paranoide (enfermedad mental que altera la personalidad del individuo).
La patología de Malpica fue diagnosticada hace 25 años, cuando él era solo un joven. El hombre estuvo en clínicas y en diversos centros de asistencia mental hasta que su enfermedad lo llevó a El Pampero. Quemó una casa pero su madre asegura que no era agresivo.
La patología de la cual padecía Malpica puede ser controlada con antipsicóticos y antidepresivos; sin embargo, en la institución no cuentan con esta clase de medicamentos. «Lo único que le daban era un jarabe. Mi hijo decía que el jarabe era rojo y que la caía mal. Le daba tos y diarrea», comenta la mamá.
La falta de medicamentos no es nueva en el hospital psiquiátrico, pero se acentuó en los últimos dos años. Tan precaria era la situación dentro del centro médico que, por medio de cartas, el señor Malpica pedía que lo sacaran de la institución. «Por favor ven a buscarme», era uno el clamor de este hombre. «Me decía que me lo llevara porque me lo maltrataban. Si yo hubiese tenido dinero lo saco y me lo llevo», dice entre lágrimas.
Lo que más indigna a la mujer es la nula atención que recibió su hijo. Aunque las enfermeras estaban muy pendiente de él, la señora comenta que la institución no cuenta con médicos de ningún tipo. Psiquiatras, psicólogos e internista. De todo falta en el centro de salud mental.
«Cuando mi hijo se complicó no había nadie en El Pampero. Llamaron a una psiquiatra que llegó corriendo. Dijeron que iban a hacerle una evaluación a mi hijo y lo encerraron en una cuarto. Allí sólo le pusieron solución fisiológica e intentaron reanimarlo. Me lo dieron bastante mal y en el Hospital Central se terminó de morir», comenta.
Se roban la comida
Mientras los pacientes pasan hambre en el Hospital Psiquiátrico, los trabajadores sacan la comida en cajas. Así lo denuncia Andry Galíndez, amigo personal de «Minino» , quien asegura que, antes de la muerte del paciente, él vio cómo sacaban cajas de comida de la institución.
«Nadie me contó lo de la comida porque yo mismo lo vi. Entré a El Pampero a ver qué ocurría con «Minino» porque habían pasado dos horas y nadie nos daba respuesta. Cuando entro, me encontré con un depósito que tenía bastante comida. Harina de trigo, pasta, arroz, mantequilla. Había bastante comida y también habían cajas que eran para los trabajadores. No digo que son todos, pero al menos a cuatro trabajadores vi sacando alimentos», dijo Galíndez.
El hombre también pudo observar las condiciones inhumanas en las que se encontraban los pacientes y asegura que, desde las rejas, los enfermos pedían agua de pipa. «Me decían dame agua que tengo sed», era lo que repetían según Galíndez.
Van 13 muertos en el psiquiátrico
La principal causa de las muertes es el hambre. El centro de asistencia psiquiátrica registró 11 decesos de pacientes en el primer trimestre de 2018, cifra que fue develada en febrero de ese año por los mismos trabajadores del lugar quienes tomaron las calles en acción de protesta para informar que los pacientes que la mayoría de los enfermos pesaban menos de 40 kilos y que comían tierra para sentirse llenos.
La escasez de anticonvulsivos es otra de los problemas que en ese momento denunciaron las enfermeras del centro asistencial, destacando que la mayoría de estas personas son abandonas por sus familiares y el gobierno regional no ha cumplido con la cantidad de alimentos requeridos para cuidar la calidad de vida de estas personas.
Agosto de este año fue el mes donde las alarmas se volvieron a encender en El Pampero, con dos decesos recientes, uno provocado por la desnutrición severa de un paciente conocido como «Malpica», y otro por una herida en la cabeza provocada por un golpe.
En el año 2017 se registró la muerte de Omar Mendoza, de 65 años de edad que pesaba menos de 35 kilos, primera víctima de la desnutrición en el psiquiátrico.