Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Cámaras económicas de Lara denunciaron que tanto el Instituto Municipal del Aseo Urbano de Iribarren (Imaubar), como Hidrolara, aplicaron aumentos exorbitantes de tarifas a comercios e industrias en plena pandemia, basándose en el consumo de agua potable y de generación de desechos sólidos que tenían las empresas en 2013, cuando la producción en Venezuela estaba a tope y no se registraba una crisis económica.
El pasado 16 de septiembre, el sector privado comenzó a recibir las tarifas de agua potable que representaba un incremento de 5.000%, en donde reflejaban que el metro cúbico (1000 litros) iba a costar 0,083 petros. En esa fecha representaba un millón 758 mil 465 bolívares, o el equivalente a 90 centavos de dólar, pero empresarios alegaron que no iban a cancelar los montos, debido a que el 70% de las empresas no tienen medidor de agua, por lo tanto las tarifas de Hidrolara son exageradas y no toman en cuenta en consumo real.
«Se están basando en el consumo que tenían las empresas hace siete años, cuando no teníamos problema de producción y contábamos con nóminas repletas de empleados. Hoy muchas industrias laboran con 10 trabajadores y tienen una producción de 5%. Es imposible pagar lo mismo de esa época«, soltó Mohamed Hussein, presidente de la Cámara de Industriales.
«En la reunión online que hemos tenido con el presidente de Hidrolara, ha alegado que el servicio se debe aumentar porque los repuestos están dolarizados. Al gobierno le está pasando lo mismo que nos pasó hace cinco años, cuando mantenían un control de precios. Se dieron cuenta que no se puede subsidiar un servicio si los insumos están a dólar libre. El problema es que aplican estos incrementos cuando el servicio es muy precario y llevamos siete meses de paralización económica por la pandemia», expresó Eldi Montero, presidente de la Cámara de Comercio.
Giorgio Reni, presidente de Fedecámaras explicó que este jueves sostendrán una reunión nuevamente con Hidrolara en donde plantearán dos propuestas: que se cobre lo que consume cada empresa y dos que se instalen medidores de agua y si la empresa estatal no lo puede costear, que el gasto lo haga cada empresas pero que sea descontado de la factura.
Deuda acumulada
Gremios empresariales indicaron que la comunicación no ha sido igual con la Alcaldía de Iribarren, Imaubar o Fospuca, la empresa privada de recolección que se encarga de cobrar el aseo. Una semana antes de que se decretara la pandemia en el país, los representantes de centros comerciales en Barquisimeto pegaron el grito al cielo cuando la factura de marzo por el servicio les llegó en 61 mil dólares. Luis Roberto Suárez, gerente general del Sambil, en esa oportunidad dijo que eso no lo pagaban ni las sucursales del Sambil en Curazao ni en República Dominicana, cuyo monto al mes oscilaba en 3.200 dólares.
«Nosotros con Imaubar nos comprometimos a pagar hasta diciembre de 2019, las nuevas tarifas no las hemos cancelado porque estamos esperando resultados de la negociación. Sería imposible en este momento poder cancelar ese monto cuando no estamos laborando todas las semanas y cuando ya tenemos un gasto de condominio de 21 dólares mensuales, que es distribuido entre 325 locatarios», informó.
Mohamed Hussein también explicó que la manera como Imaubar calculó las tarifas fue basándose en la generación de desechos sólidos que tenían las empresas años anteriores. «El cobro lo están haciendo por los metros cuadrados que midan las empresas, no por lo que generan de basura. Una industria puede medir 20 mil pero si no está produciendo o simplemente trabaja al mínimo de su capacidad instalada no está generando la misma cantidad de desechos que años anteriores», refirió.
Desde la Cámara de Comercio de Lara indicaron que aunque tenían mesas técnicas con Imaubar y Fospuca en marzo, tras la pandemia esas reuniones se suspendieron y las facturas se están acumulando. «Hay empresarios que están recibiendo llamadas de Fospuca a nivel nacional amenazando con aplicar cierres a las empresas si no se pone al día con el servicio», denunció.