Eva Gómez | LA PRENSA.- Los embutidos ahora son un lujo. En todas sus presentaciones pueden superar el ingreso mensual de un trabajador promedio, lo que dificulta el consumo para los guaros.
El kilo de jamón puede llegar a costa casi un millón y medio de bolívares mientras que le más económico supera los 650 mil bolívares, lo que triplica el monto del salario mínimo.
Los guaros han dejado de comprar embutidos para el desayuno o la cena, y lo han suplantado con queso blanco, porque pueden rallarlo y rendirlo para el consumo de la semana.
“Ahora yo compro queso, porque lo puedo rallar y rendir bastante”, comentó Pastora Montes, quien asegura que comprar este derivado lácteo le sale mejor que comprar jamón o mortadela porque los precios son muy elevados.
Mientras que el queso blanco puede comprarse desde Bs. 350, cuyo costo supera por más de 100 mil bolívares el salario mínimo, pero los guaros compran el medio o el cuarto de kilo.
El año pasado compraba el kilo completo de queso, pero ahora no puedo, se va comprando como se va consumiendo”, explicó Víctor Cordero.
José Ballesteros, despachador de una chapucería, expresa que las ventas han bajado mucho en el negocio, porque cada día la mercancía llega al local más cara. Según el trabajador, compran los productos a un precio y cuando van comprar nuevamente, en menos de 15 días, a los distribuidores ha aumentado, incluso, un 50 por ciento.
El paquete de salchichas de 22 unidades, que no faltaba en la nevera y se podía preparar con huevos para el desayuno o con pasta para el al
muerzo, alcanza el millón de bolívares y casi nadie ya las compra. Por eso para no perder clientes han comenzado a venderla detalladas,
tres de estos embutidos pueden costar 30 mil bolívares y “resuelven el almuerzo”, según los compradores.
Otra opción, no tan económica, es comprar carne. A pesar de que el kilo se consigue desde los 420 mil bolívares en las carnicerías, los ciudadanos aseguran que molida se puede rendir más que el jamón o la mortadela. Tratan de cocinarla con “bastante” vegetales, papas y aliños para que alcance para el grupo familiar.
Los compradores prefieren más invertir en pollo, que se cotiza en 350 mil bolívares por kilo, que en una mortadela Caracas que se consigue
en 400 bolívares en las charcuterías. “El pollo se puede hacer mechado y con salsa y así se va rindiendo”, exclamó Marlene Bravo, quien esperaba por ser atendida en una charcutería.
Otros sin embargo, solo comen vegetales y tubérculos, porque sale mucho más económico y pueden variar sus platillos. “No tiene las mismas proteínas que la carne, pero es saludable”, confiesa Zuly Suárez, quien compraba carne molida en una charcutería del centro.
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