Osman Rojas D.- LA PRENSA de Lara – El Hospital Psiquiátrico El Pampero se derrumba. La institución, que en teoría debería garantizar la atención de personas con patologías mentales, no cuentan con presupuesto para poder mantener su operatividad y, de acuerdo a lo denunciado por fuentes internas, el centro de salud sobrevive gracias a la generosidad de algunos vecinos.
«El Pampero no ha cerrado las puertas porque hay gente que colabora. Hasta agua tienen que dar los vecinos porque hay días en los que la institución se queda seca y pasa días sin recibir el suministro«, comenta una fuente ligada al psiquiátrico.
El informante comenta que dentro de El Pampero los problemas van desde alimentación hasta la falta de personal, pues la institución no cuenta con psiquiatras fijos que atiendan a los 60 pacientes que están recluidos en el centro de salud.
«A la hora de una crisis hay que mandar a buscar a algún médico porque aquí no hay. Ni siquiera hay internistas que estén de forma permanente en el hospital y eso hace que la atención de pacientes sea precaria», denuncia.
La realidad desnudada por el trabajador es la misma denunciada por el doctor Ruy Medina, exdirector de Salud en el estado Lara, quien en reiteradas ocasiones ha dejado ver su preocupación por el abandono en el que se encuentra el centro de salud.
«A los pacientes los dejan a su suerte. Los familiares no van a visitar a sus enfermos y allí no hay personal para que los atiendan. Es una condena a muerte lo que hacen con estos enfermos», comenta el especialista.
El abandono en el que se encuentra El Pampero es tan evidente que los habitantes de la zona aseguran que rara vez van las autoridades regionales a inspeccionar el centro médico especializado, ubicado en el norte de la ciudad, en la vía Duaca.
Las personas denunciaron que a veces la institución se queda sin luz porque la planta eléctrica no responde y eso asusta a los pacientes que empiezan a gritar y a lastimarse