Remontarse al Barquisimeto del ayer es trasladar la memoria al tiempo en que la ciudad comenzaba a dar sus primeros pasos a la modernización. Una estructura emblemática que se convirtió en el principal lugar de intercambio comercial de centroccidente, que además funcionó como centro cultural para reposar del calor en las tardes crepusculares con música de retreta, eso fue el Mercado de las 100 Puertas, conocido también como el de los 100 Arcos, que se ubicaba en lo que hoy es el Edificio Nacional (Palacio de Justicia), en la carrera 17 entre calles 25 y 24.
Se trataba de una estructura arquitectónica al estilo colonial que se convirtió en una novedad para la ciudad en el siglo XIX, que fue construida por iniciativa del presidente del estado Lara, general Jacinto Fabricio Lara Urrieta, hijo del prócer Jacinto Lara y quien además tenía grandes ideas para la construcción del Barquisimeto de ayer. El mercado municipal poseía las mismas características del Hospital de la Caridad, hoy día Museo de Barquisimeto. Su estructura fue hecha de ladrillos cocidos y cemento, este último ya utilizado en las obras civiles desde mediados de los años 1800.
Aparte de las 100 puertas, el mercado municipal contaba con 44 entradas previas en las paredes que rodeaban la edificación, cuyas dimensiones eran toda una manzana que abarcaba lo que hoy son las carreras 16 y 17 entre calles 23 y 24. Más de 1.000 campesinos vendían sus productos en el lugar que traían directamente de sus conucos.
Según relatos del cronista, Carlos Guerra, antes de la construcción del Mercado Municipal de Barquisimeto, el cual era su verdadero nombre, el terreno era un lugar baldío, puesto que el terremoto de 1812 acabó con las pocas estructuras que se habían levantado en el lugar. Guerra destaca, además, que Lara Urrieta pensando en el bienestar de los barquisimetanos que poblaban entonces la ciudad, en 1881 decide erigir el mercado municipal con una estructura bonita y atractiva para los 28 mil habitantes y para aquellos que comercializaban rubros, como frutas, verduras, pollo, carne y pescado.
«Ya en 1881 se comenzó a construir la edificación, lo que duró cinco años en total, hasta terminarla en 1886, se tenía previsto concluir la obra en 1883 para ser inaugurada enmarcado en el centenario del natalicio de Simón Bolívar, pero fue imposible terminar la edificación en ese tiempo por falta de recursos, retrasando así la inauguración, la obra tuvo una inversión de 33.672 bolívares», detalló Guerra.
Aparcamiento de Burros
Barquisimeto desde su fundación ha sido una tierra privilegiada por su conexión con las diversas regiones del país, convirtiéndose en un sitio estratégico para el intercambio comercial, es por ello que el Mercado Municipal de las 100 Puertas contaba con un lugar de aparcamiento de burros y caballos pertenecientes a los pobladores y hacendados que iban al mercado, este lugar se ubicaba en lo que hoy es la plaza Lara, en la carrera 17 con 24, allí los animales de carga descansaban y bebían agua de la naciente que estaba en el lugar.
A parte de mercado Municipal, era un lugar de promoción cultural
Al ser una edificación de gran importancia para la ciudad, el mercado municipal se convirtió además en un espacio para el entretenimiento y la recreación, puesto que la banda del estado ensayaba sus notas en el recinto haciendo de sus ensayos una fiesta popular a la que todas las tardes propios y visitantes se acercaban para disfrutar del espectáculo. El cronista, Gerardo Pérez, detalló que registros sostienen que las retretas comenzaban alrededor de las cuatro de la tarde y se extendían hasta las ocho de la noche, cuando la gente se devolvía a sus casas con lámparas de velas y antorchas, siendo una actividad que se repetía por lo menos unas tres veces a la semana, incluyendo los sábados y domingos.
El mercado Municipal da paso al modernismo
Con miras del cuatricentenario de la ciudad de Barquisimeto, la Junta de Gobierno de 1950 comienza a plantear proyectos para dar paso al modernismo de la jurisdicción, siendo la primera propuesta demoler el mercado municipal y en su lugar levantar un edificio de concreto en el que funcionarían todas las dependencias públicas del estado, convirtiéndose en la sede de la Gobernación del estado Lara, el liceo Manuel José Sanz, el Pedagógico de Barquisimeto, así como también las dependencias públicas, como los tribunales de la entidad hasta que ya en la década de los 90 se decide pasarlo a manos del Poder Judicial.
Cabe destacar que la decisión de demolición y ejecución del proyecto estuvo bajo la responsabilidad del doctor, Germán Suárez Flamerich, presidente de la Junta de Gobierno de Venezuela y el general, Marcos Pérez Jiménez, entonces ministro de la Defensa.
Obra Imponente
La actual sede del Edificio Nacional se convirtió en una edificación moderna, cuando la ciudad apenas comenzaba a dar los primeros pasos en materia de desarrollo, a pesar de que han pasado alrededor de 74 años, ingresar al edificio es trasladarse a la época de su construcción.
El actual edificio se compara con las edificaciones europeas que rompen un poco la arquitectura colonial, ya que el edificio tiene forma de un pequeño rascacielos con múltiples ventanales que llenan de aire y frescura el lugar. El Edificio Nacional fue inaugurado en 1956, setenta años después de la construcción del Mercado Municipal por Marcos Pérez Jiménez, ya como presidente. Luego se levantaron edificaciones similares en otras ciudades del interior del país.
Se trataba de una estructura colosal para el Barquisimeto de aquellos tiempos, la cual estaba destinada al funcionamiento de oficinas públicas, como identificación, correo, archivo, inspectoría de tránsito, y telégrafo, entre otras instancias estatales.
En 2005 fue restaurado por la Alcaldía de Iribarren, entre los meses de febrero hasta agosto. Como principal atractivo de este remozamiento, en la nave central luce el vitral de Leonel Durán, denominado «La patria se viste de justicia».
Esta obra es la segunda más grande del país, de este tipo, y el único vitral de esta magnitud. Cuenta con 315 paneles y está basado en la evolución legislativa del país, en la obra se refleja al Bolívar civil y legislador. Además, en este vitral también se incluyen algunos extractos históricos de América Latina.
Espectáculo Visual
El vitral del Edificio Nacional es un espectáculo visual nocturno. La obra creada por el artista andino, Leonel Durán tiene una altura de 18 metros y tiene una temática trascendental para los nuevos tiempos que vive la patria de Simón Bolívar, cuando bajo el rigor de justicia y de la equidad se desea y proyecta el cambio de parámetros que verdaderamente conduzcan al pueblo hacia el goce de plenitudes democráticas, convirtiéndose así en el segundo vitral más grande de Venezuela, el primero se encuentra en la sede del Tribunal Supremo de Justicia en Caracas.
Lugar de recreación
En la actualidad, el Edificio Nacional al igual que el Mercado de las Cien Puertas mantiene su foco de lugar de esparcimiento y recreación, ya que fuera de sus instalaciones está la plaza La Justicia, en la que a lo largo del día los barquisimetanos, luego de hacer sus trámites legales, se apuestan en el sitio para descansar.
Los gobiernos locales han recuperado la plaza, adaptándoles atractivos para los más pequeños de la casa, como es la fuente dinámica que se activa en horas de la tarde. En tiempos de Navidad, la plaza es adornada con múltiples luces que hacen del lugar un paradero seguro para todos los que transitan el centro de Barquisimeto. En la plaza, también se ubica un módulo policial para quienes vayan en horas de la noche puedan transitar sin temor.
Tanto el Mercado Municipal de las Cien Puertas, como el Edificio Nacional han sido obras que han marcado un hito en la historia arquitectónica de Barquisimeto, convirtiéndose en grandes símbolos de la ciudad.
