Jesús Hernández | LA PRENSA DE LARA.-& ;Cambures, frijoles, caraotas, lechuga, cebolla en rama, tomates y hasta cilantro son algunos de los rubros que decenas de guaros siembran en patios y jardines de algunas barriadas populares de Barquisimeto para paliar el colapso económico en el que está sumergido el país y que dispara los precios en supermercados, abastos y ferias de comida. Hasta en apartamentos están aplicando estos pequeños huertos para ahorrarse algo de dinero.
Xiomara Gil, habitante de la urbanización Los Crepúsculos, al oeste de Barquisimeto, dejó de comprar aliños verdes y ciertos vegetales desde hace años porque ordenó la parte de atrás de su apartamento y tras ciertos arreglos con abono, algunas maderas de una cama vieja, bloques y pipas ahora tiene una siembra que sirve para alimentar a los 5 integrantes de su familia.
«Con estos altos costos de los aliños aproveché estos días de cuarentena y el terreno detrás del apartamento, y le dediqué varios días para sembrar mis propias hortalizas y utilizar lo ahorrado para comprar otras cosas que necesite en la casa. Tengo la satisfacción que lo que me estoy comiendo lo sembré yo», comenta mientras arrancaba una que otra maleza al terreno.
La mujer indicó que tuvo que aplicar esta alternativa para, por ejemplo, ahorrarse 300 mil bolívares que pueden costar los aliños necesarios para que las caraotas le quedan sabrosas.
Ella no es el único caso. En un recorrido que hizo LA PRENSA por diferentes sectores de Barquisimeto, se observó cómo los jardines que antes eran llamativos y coloridos por sus diferentes flores, espectaculares orquídeas, e inmensos helechos, ahora se observan ajíes, maíz, pimentón entre otros alimentos.
La familia acotó que su proyecto de alimentos no tiene nada que ver con el proyecto gubernamental que se intentó desarrollar en 2016, cuando Nicolás Maduro pidió, para hacerle frente a la hiperinflación, escasez de alimentos y supuestos bloqueos realizar agricultura urbana en cada rincón que fuese posible.
Asunto de familia
Los huertos y el tiempo en casa debido a la cuarentena ha convertido esta modalidad en un asunto de familia, tanto así que hasta los más pequeños participan. Dicen que poco a poco han desarrollado habilidades para la siembra y preparación de diferentes semilleros.
Gustavo Herrera es un niño de 10 años que cuenta con siete matas de cambur, tres de ají dulce y un pequeño arbolito de mango. Explica que observó la siembra de un vecino y bajo de su apartamento con un pico y una pala y tres metros cuadrados de tierra realizó su proyecto.
«Estoy aprovechando que ya no tengo clases ni tareas y le echo agua y cuido mis matas para ayudar en mi casa, para que mi mamá aliñe la comida con los ajíes».
Este tipo de siembra no sólo se ve en aliños verdes y hortalizas, también los que disponen un poco más de terreno se observan árboles frutales como guanábana, limón, semeruco, parchita y otras frutas que acompañan un jugo o postre en la mesa.
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