Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Las consultas médicas privadas enferman los bolsillos de los guaros quienes deben cancelar de 20 a 60 dólares, dependiendo la especialidad que se requiera, a cuyo presupuesto se le suman los exámenes médicos los cuales pueden llegar a costar hasta 10 dólares.
«Ahorita para poder enfermarse hay que tener plata, porque eso es mucho gasto, así uno asista a centros públicos hay que sumar la compra de los medicamentos y el precio de los exámenes», dijo Liliana Yépez quien se encontraba a los alrededores del Hospital Central esperando una consulta con un especialista.
Larenses destacan que para asistir a una consulta deben hacer un gran esfuerzo e incluso pedirle ayuda a algunos familiares, ya que en el caso de especialidades como la gastroenterología deben disponer entre 30 y 50 dólares.
«En mi caso necesito ir a un gastro, pero realmente no he podido ir porque es mucho el dinero que se necesita para ir y además se que me van a mandar a hacer dieta la cual es bastante costosa, porque no se pueden comer muchos granos, ni carbohidratos», comentó Mariana Montes, quien asume que sufre de gastritis debido a que consume bebidas como el café y algunos refrescos que le inflaman el estomago, sin embargo no se ha realizado ningún examen que compruebe su diagnóstico por los elevados precios.
Y es que para quienes quieran asistir a un chequeo de medicina general deben disponer de 20 dólares, pero en el caso de los que requieran asistir a un nefrólogo, cardiólogo, endocrino entre otros deben desembolsillar alrededor de 30 y 50.
Es una opción
Como un alivio para los bolsillos ven los guaros al Centro Integral Cooperativo de Salud ubicado en Pueblo Nuevo al oeste de la ciudad, ya que en el centro de salud se ofrecen consultas médicas a precios más accesibles, como es el caso de las consultas de ginecología, las cuales no sobrepasan los 20 dólares, al igual que las consultas prenatales.
En este centro asistencial también realizan exámenes médicos, por lo que larenses para ahorrarse algunos bolívares prefieren llegar a tempranas horas de la mañana, hacer la fila en la cooperativa y así esperar su turno.