Ana Uzcátegui / Daimar Díaz | LA PRENSA de Lara.- Las 50 estaciones de servicios de Lara que fueron habilitadas para laborar 24 horas y así disminuir las colas kilométricas que se registraron desde que arrancó el plan de distribución de gasolina el primero de junio, amanecieron con un nuevo mecanismo de control, esta vez en manos de los jóvenes del Plan Chamba Juvenil, quienes cumplirán función de vigilancia permanente en las gasolineras, atribuciones que van mucho más allá de reforzar al personal en horas nocturnas, tal como en un principio indicó la gobernadora del estado Carmen Meléndez.
A través de un documento del Ministerio de Petróleo que circuló en el gremio de gasolineras de Lara ayer, se estableció que estos chamos ahora forman parte de la «juventud petrolera» y deben llevar un reporte del número de vehículos atendidos por estación, además constatar el uso correcto del sistema biopago, evitar sobreprecios en el cobro de la gasolina, ser garantes de que se cumpla el plan pico y placa y hasta fungir como mediadores si los usuarios tienen alguna queja o dudas respecto al servicio. Este monitoreo deberán pasarlo todos los días antes de las tres de la tarde a la Sala de Seguimiento Nacional de este ministerio vía WhatsApp.
Un total de 450 chamos estarán desplegados en estas bombas clasificadas las 24 horas que este lunes recibieron un despacho cada una de 37 mil litros de combustible. En horas de la tarde se pudo constatar que las gandolas llegaron de forma regular en la mayoría de las estaciones de servicio establecidas para el horario extendido.
Menos rudas
En su tercera semana de despacho de gasolina en la entidad, las colas durante el inicio de la semana se vieron más suaves, comparadas a las kilométricas filas de vehículos que se apreciaban hace dos semanas.
El ambiente en las estaciones premium eran de tranquilidad, mientras que en el resto de las gasolineras el panorama era más alentador que en días pasados, pues los conductores que se encontraban en la cola manifestaron que desde temprano comenzaron a laborar y la cola fluía con facilidad.
«La primera semana duré varios días para surtir, hoy madrugué pero estoy cerca de la entrada de la bomba, las colas están más suaves. No se ha perdido mucho tiempo para poder equipar el carro, da tiempo de hacer otras diligencias personales», dijo Óscar León.
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