Darvis Molina | LA PRENSA.- La gobernación de Lara las transformó y quedaron bellas, pero luego las dejó huérfanas. Ni un centavo asignaron para el mantenimiento y es por ello que las comunidades beneficiadas con las chanchas deportivas de grama sintética cuidan esos espacios deportivo como una tacita de porcelana porque si no las “cuidan, a pedir se quedan”.
Las canchas con grama artificial, desde hace unos 5 años, fueron el “boom” en las comunidades más populosas de Lara y en todos los que practicaban deporte, sobretodo los futbolistas. Muchos hasta la consideraban un lujo comparado con los espacios que antes eran de tierra, piedra o arcilla, pero ahora la situación es diferente.
Al menos 15 canchas remodeló el gobierno de Henri Falcón. El verdecito de los espacios relucían en diferentes comunidades de Iribarren y Palavecino mientras que en otros municipios no eran muchas, sin embargo desde sus remodelaciones, el mantenimiento quedó en manos de los propios vecinos y para los habitantes esta tarea no es nada fácil.
No contar con presupuesto constante para ejecutar el cuidado constante es la primera amenaza de la durabilidad de la grama. Otra alerta es que ningún ente gubernamental colabora y la autogestión que realizan algunos consejos comunales no es suficiente a pesar de que la mayoría de los consultados por La Prensa solo realizan lo mínimo para “tenerlas al pelo”.
En Pueblo Nuevo, al oeste de Barquisimeto, los cuidadores de la cancha son estrictos en el cuidado, pero están claros que si se les llega a presentar un daño grave, no van a poder repararlo.
“Sería bueno dar una colaboración entre los que hacemos vida en la cancha para que estén en un mejor estado y que por su puesto se una el gobierno ya que este material es muy caro”, dijo Doris Méndez una cuidadora.
Comenta la señora que el poco dinero que tienen para cuidar la cancha lo obtienen por alquiler del espacio para torneos de fútbol amateur.
“Cuando no hay practica deportiva, la cancha se cierra. Solo se presta a personas de la comunidad y en ocasiones especiales y estamos pendiente de que los chamos no vengan a jugar con zapatos inadecuados”, explicó Omar Alvarado representante en Pueblo Nuevo.
Pero este resguardo no lo tienen canchas como las de Valle Hondo en Palavecino, que fue una inversión de la gobernación y ahora son privadas, están muy dañadas. Lo que sufren las comunidades para la compra de la grama y el mantenimiento, también lo padece la Gobernación del estado Lara quien es la “madre” de este tipo de obras que están enmarcadas en el plan Fénix y que busca que los chamos de la comunidades populares se alejen de los vicios y hagan deportes en instalaciones
adecuadas.
En junio de 2016, el gobernador Henri Falcón, confesó que varios estadios se quedaron sin la “verdecita” por lo caro del material y por no tener dólares. Falcón resaltó el esfuerzo que se ha hecho en mancomunidad con los habitantes, y explicó los inconvenientes que se han presentado para la adquisición de materiales, específicamente la grama artificial por ser un material importado.
“Quedaron estadios sin grama sintética tales como Macías Mujica, José Gregorio Hernández, Las Delicias y Río Tocuyo, pero tenemos 50 campos que cuentan con grama. Lamentablemente el costo es elevado y se cotiza en moneda extranjera, por lo que es casi imposible adquirirlo” expresó Falcón en aquella época mientras inspeccionaba las instalaciones del complejo deportivo Las Delicias al norte de Barquisimeto.
El costo del metro cuadrado de grama sintética puede costar entre los 50 mil y 100 mil bolívares cuando hace 5 años rondaba los 2 mil bolos. En los barrios se organizan para mantener las canchas en buen estado, piden colaboraciones monetarias, de insumos y de limpieza.
La vida útil del material artificial es de 5 años, sin embargo hay campos que tienen más de ese tiempo por el cuidado que reciben.