Isabella Delgado | LA PRENSA.- A siete meses del desalojo ejecutado por la Alcaldía de Iribarren, los buhoneros de la 42 vuelven a las calles. Ayer cerraron el flujo vial de la avenida Rómulo Gallegos para exigir la reubicación o permiso para trabajar en las áreas verdes de la vía.
Antes de las 8:00 de la mañana comenzaron a ubicar bases de metal de mesas junto a la acera. A minutos de su llegada se consiguieron con funcionarios de la Policía Municipal, quienes no los dejaron avanzar. En una acalorada discusión exigieron la presencia de Giomar Rojas, titular de la Dirección de Mercados y Abastecimientos, o del alcalde Alfredo Ramos, pero al no obtener respuesta cerraron la calle.
Según Máryori Gómez, miembro del grupo de 428 buhoneros desalojados, decidieron tomar las riendas del conflicto y volver a la economía informal porque la alcaldía no ha dado una respuesta eficiente; insisten que agotaron las gestiones por los canales regulares sin éxito.
Asegura que de todas las mesas de diálogo y proyectos sólo hicieron 40 locales en el área contiguo al cementerio Bella Vista, cantidad que no responde a la necesidad grupal. El tamaño y la calidad de los “tarantines” fueron objeto de su repudio. “Llovía más adentro que afuera. Eso no sirve para nada”, comentó uno de los comerciantes.
Nos están atropellando nuestro derecho al trabajo. En la alcaldía le dieron permiso a los buhoneros de la 20, del hospital, de la 15, pero a nosotros no. Pero sí dejan que se instalen cafeceros y otros buhoneros por toda la 42 y nadie dice nada”, aseveró Máryori Gómez.
Diego Mendoza y el síndico están amedrentando a los dueños de los locales donde nosotros guardamos la mercancía. Eso es abuso de autoridad”, reclamó Henri Zabaleta, otro de los buhoneros.
Proponen que por lo menos en la época decembrina la alcaldía les permita trabajar en las áreas verdes y el empedrado, con el compromiso de no obstaculizar la acera. Destacan que permanecerán en la calle hasta obtener una solución.