Osman Rojas | LA PRENSA.- Tachando letras en una hoja blanca Rafael Suárez espera que el Servicio Municipal de Administración Tributaria (Semat) abra sus puertas. Está desde las 3:00 de la mañana en la cola, pero eso no le garantiza el acceso a la Torre David para pagar los impuestos.
A las 8:01 de la mañana un hombre empezó a sellar los documentos de las personas que tenían garantizado su cupo. Quince minutos después 100 personas se mostraban rebosantes de felicidad por tener su número para pagar, otras ciento cincuenta se daban la vuelta cabizbajos porque ni madrugando consiguieron pagar sus impuestos.
Y es que pagar los tributos en el estado se ha convertido en un dolor de cabeza. Desde muy temprano en la madrugada (2:00 am) hay gente merodeando las instalaciones de la Torre David para marcar la cola. El retraso que, muchas veces sufre el sistema y los pocos promotores habilitados que hay en la sede del Semat hacen que sea cada vez más tedioso cancelar los impuestos.
“Ni buen ciudadano se puede ser en este país. Yo tengo toda la semana intentando pagar los tributos inmobiliarios y no he podido. El lunes se cayó el sistema y hoy no llegué a tiempo”, dice con
molestia el señor Carlos Barrios, antes de retirarse molesto por no haber cancelado sus impuestos.
Ayer en la mañana la cola para pagar impuestos era interminable. Afuera estaba un bululú de personas que exigían entrar a pagar sus impuestos, mientras que adentro las autoridades intentaban explicar que no podían entrar todos.
Esta situación retrasó un poco la atención de los contribuyentes quienes denunciaron que la maquinaria es lenta y esos alborotos no ayudan a los usuarios. Personas consultadas por La Prensa pidieron a las autoridades regionales tomar cartas en el asunto para corregir esta problemática.