Redacción | LA PRENSA DE LARA.-& ;Al menos 10 heridos llegan semanales al Hospital Central AMP con quemaduras ocasionadas por cocinas artesanales, ya sean eléctricas, de gasoil o fogones. Según reportes de bomberos de Iribarren y personal de salud, este número ha aumentado desde marzo, cuando más de 100 comunidades del estado Lara han protestado por falta de gas doméstico.
Así es la historia de un jovencito de 15 años residente de El Manzano, quien ingresó el domingo con quemaduras de segundo grado en su abdomen, pecho y manos. Lucila Fernández, madre del menor, explica que él busca la leña y además ayuda a prender el fogón, por ser el mayor de sus hijos. Pero la mañana del domingo, rebasó el límite poniéndole más palos y sin saber que hizo mal, la cocina artesanal hizo explosión.
De una el muchacho cayó al suelo con troncos calientes sobre sus manos. Tenía quemaduras y gritaba; fue auxiliado por un vecino y llevado al hospital central, donde la misma mañana murió una pareja de Yaritagua quienes sufrieron quemaduras en el 90% de su cuerpo tras la explosión de una cocina de gasoil en su casa. Argenis Alcalá y Miriangelis Vásquez, además del bebé que estaban esperando, fallecieron tras agonizar varios días.
Los bomberos aseguran que estos 10 accidentes con cocinas artesanales que se reportan en el hospital podrían en realidad triplicarse, pues muchos de esos accidentes no son reportados y los lesionados cuando no son de gran magnitud, se curan en casa.
Según cifras de los bomberos, este cuerpo ha atendido solo 10 accidentes en el año, quienes han acudido a las casas para calmar las llamas y atender a lesionados. «Muchas veces la gente apaga los incendios que ocurren en sus casas y no avisan a los bomberos. Así con los sistemas y cables quemados, siguen utilizando sus cocinas artesanales, siendo doble peligro para esa familia», revela la fuente bomberil.
Aunque el riesgo se ve reflejado en estas historias, los larenses aseguran que «no les queda de otra» pues necesitan el fuego para cocinar. El servicio de gas doméstico, siendo uno de los más necesarios, ha sido uno de los que más deficiencia ha presentado en los últimos meses, en algunas comunidades han pasado más de 8 meses sin ver un cilindro lleno.
En La Carucieña, la señora Chiquinquirá Medina, quien sufre de glaucoma y solo tiene el 10% de su visión, tiene un fogón en el patio y las manos marcadas por las quemaduras. La leña se la traen sus hijos, pero ella debe cocinar mientras el núcleo familiar trabaja. Teme quemarse, pero la necesidad de darle comida, sobretodo a sus nietos, es más grande. No recibe gas desde hace 2 meses que le llevaron solo una bombona de 10 kilos para dos familias con un total de 10 personas, solo le duró 15 días.
Morela de Jiménez también cuenta como se le quemó el enchufe de su cocina eléctrica y el susto que pasó. «Un día amaneció echando chispas y al rato estaba el cable achicharrado, se quemó el enchufe, toda la pared echó candela, de broma no nos quemamos», declara. Aun así, Morela cambió el enchufe y puso su cocina directa con un cable más grueso, pues no tiene de otra para cocinar.
Juan Escalona, habitante de Tamaca, dice que no solo es peligroso el tener la cocina encendida, si no el buscar la leña en los cerros o en el monte, de donde mucha gente ha salido con mordeduras de culebra o se han caído y quedado con fracturas.
Recomendaciones& ;
El personal del cuerpo de Bomberos de Iribarren, recomienda que si se hace uso de cocinas eléctricas de fabricación industrial se tome en consideración el voltaje requerido por la cocina, no tenerla mucho tiempo encendida, estar pendiente de cualquier chispazo y no poner las cocinas directas cuando se daña el enchufe, si no sustituirlos.
Si es cocina artesanal, ver bien que materiales se deben utilizar, aunque su uso no se recomienda. Los bomberos aseguran que por ejemplo las cocinas de gasoil pueden ser muy volátiles por el combustible y difíciles de controlar, mientras que las hechas a partir de material de reciclaje tienden a explotar.
En cuanto a los fogones, recomiendan hacerlos alejados de la estructura de la vivienda, por ejemplo en patios o garajes, retirados de cualquier combustible como gasolina, gasoil, tiner o alcohol, además de que no deben ser manipulados por menores de edad o personas sin experiencia.