Rafael Piña | LA PRENSA de Lara.-& ;Montado en su bicicleta y vendiendo chicha por la carrera 21 con calle 32 se encontraba Víctor Yépez quien hace milagros para seguir trabajando debido a lo costoso que está la materia prima para la preparación de las deliciosas chichas y la baja clientela.
Yépez lleva en el oficio 35 años, lo cual ha servido para levantar a su familia, pero ahorita y más con la cuarentena no ha tenido las ventas para comprar su comida diaria. «No recibo ayuda de nadie, lo que gano diario me sirve para comprar una harina«, dijo.
El chichero pidió ayuda para los comerciantes informales quienes no reciben respaldo de los entes gubernamentales como una bolsa de comida o un bono económico con lo cual dijo, podía comprar los insumos para la preparación de la chicha y llevar la comida a su casa.
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