Osman Rojas | LA PRENSA.- Se levantó a las 6:00 de la mañana, preparó el desayuno y dejó todo listo antes de ir al Barrio Adentro ubicado en San José. La señora Yamir Salcedo, mujer de 60 años, quería ir a verse una pequeña infección que tenía en un ojo, pero al momento de llegar al centro médico el vigilante de la institución le notificó que la doctora estaba de reposo.
“El señor dijo que el Barrio Adentro tenía una semana cerrado y que no sabía cuándo volvían los médicos”, recuerda Salcedo antes de agregar que “me fui a mi casa y me quedé sin ser atendida”.
Historias como esta se han vuelto comunes en los barrios o zonas populares del estado. El sistema de atención paralelo, que en su momento fue de gran alivio para los enfermos, se ha convertido en un dolor de cabeza y según cuenta Humberto Agudo, director de servicio comunitario en Iribarren, el 75 % de los Barrio Adentro y CDI se encuentran inoperativos.
“El Gobierno nacional mató la red de atención primaria al traer a los cubanos. Yo invito a los chavistas que vayan a la calle y busquen un Barrio Adentro que sirva, ellos no tienen medicinas, no tienen equipos y tampoco tienen médicos”, dijo el exdirector del Instituto Municipal de Desarrollo Social en Iribarren (Imdes).
Ruy Medina, director Sectorial de Salud en el estado, no quiso opinar sobre la situación de los CDI en el estado; sin embargo, dejó claro que el gobierno ha jugado a improvisar con la salud en los últimos 16 años y aseguró que la decadencia de la red paralela era una muerte anunciada.
“Yo siempre digo que antes de criticar se miren a ellos mismos, el sistema paralelo fracasó rotundamente”, dijo de manera tajante el doctor Medina.
Ya no dan
La denuncia más común que hacen las personas cuando van a un CDI es que ahora estas instituciones de salud no dan medicamentos para pacientes crónicos, como se hacía hasta hace un año.