María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Quien tiene un niño en inicial o primaria se la debe ingeniar para armar la lonchera ante los altos precios de los alimentos. Hoy buscan lo más económico, tomando en cuenta que se requieren casi 16 dólares para comprar los productos que alcancen para una semana.
Entre esta lista destaca pan de sándwich, harina PAN, y el relleno como Diablito, salsa y mayonesa, además de alguna fruta para acompañar la merienda. En todos esos productos, un padre debe invertir Bs. 75,52, lo que se traduce a 15.54 dólares.
Si se saca la cuenta al mes, un padre podría requerir 62.16 dólares solamente para la merienda de sus hijos, tomando en cuenta que esa cifra puede variar de acuerdo al menú de la semana.
Ante esos precios, los padres cuentan que buscan la economía. «Es mejor pan o arepa, ya no es como antes que se podía comprar de todo«, dijo María Álvarez, quien tiene un hijo en la escuela. Lamentó que esta situación sea producto del mismo problema económico del país, que les impide poder comprar muchas cosas.
«Ya ni galletas se pueden comprar», dijo Álvarez, haciendo referencia a que un paquete se consigue desde 2.19 dólares en adelante y sólo le alcanzaría para una semana, mientras que rubros como lo cereales no se pueden ni mirar porque los precios están por las nubes.
Cuando se habla de las frutas es la misma historia, bien sea para los jugos o para comerlas, pues tan sólo medio kilo de fresas se consiguen en Bs. 11.19 en algunas tiendas, mientras que una manzana o una pera alcanzan un dólar en algunos comercios. Estas eran frutas que los niños antes acostumbraban llevar para la merienda y disfrutar en el recreo, pero ya quedó en el olvido.
Darle a los muchachos dinero para que compren en la cantina, también es otra de las cosas que quedó en el pasado, tomando en cuenta que se gasta más y por eso prefieren comprar la comida y prepararla en la casa.
Una de las cosas que está más accesible para los padres son los tequeños, que se consiguen en ofertas en algunos sitios y los pueden rendir también para una semana y hasta más, el problema que tienen los padres es que a veces los niños se aburren de comer lo mismo y por eso lo tienen que variar.
Caso similar ocurrió cuando los padres tuvieron que comprar el uniforme o los útiles escolares de sus hijos, pues tuvieron que priorizar algunos artículos y dejar los otros de un lado hasta que sea necesario y lo mismo sucede con la lonchera, que buscan lo que se adapte a su bolsillo.