María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.-& ;El dolor de cabeza continúa. Las pocas estaciones de servicio que están trabajando en Barquisimeto se han convertido en todo un caos, pues se hacen hasta tres colas para poder surtir, mientras que hay otras bombas en la que la gente pasa hasta seis días sin esperanza de poder equipar y a eso se le suman las denuncias que eso se debe al «relajo» que tienen los funcionarios militares.
En la última semana la desesperación de la gente se ha tornado hasta el punto que sin importar cuántos días puedan durar en la cola esperan hasta poder surtir, aunque muchos salen de ahí sin una gota de gasolina. Eso los guaros lo atribuyen a que funcionarios militares hacen de las suyas y pasan a todo el mundo aun sin hacer la cola.
«Estamos desde el sábado en la cola de gasolina y no hemos podido surtir porque los funcionarios meten mucha gente y nosotros nos quedamos por fuera cada vez», fue lo que dijo Luis Gómez, quien se encontraba en la estación de la 15 con 51 y añadió que a pesar de que ellos están organizados y cada cierto tiempo están haciendo rondas, eso a los funcionarios no les importa «porque igual los pasan de manera descarada.
Esas personas hacen una cola paralela en la estación de servicio y van ingresando uno por uno; «también pasan los que tenemos días ahí, pero se hace más lento y nos quitan la oportunidad a muchos», dijo Gómez.
Gómez dijo que el día miércoles pasado llegó la gandola, «pero los funcionarios metieron a muchos que no estaban en la cola y eso nos afecta es a nosotros», y aseguró que ellos son los que están pasando trabajo y tienen que ingeniárselas para poder permanecer en la cola y cuidar sus carros.
Pocas surtiendo
Ayer en un recorrido que realizó el equipo de LA PRENSA por unas diez estaciones de servicio en Barquisimeto, solamente la del Churún Merú y las que se encuentran en la avenida Venezuela con Bracamonte estaban surtiendo, todas esas son premium y las colas eran kilométricas en cada una de ellas.
En el caso de las bombas subsidiadas, solamente la que está frente a la iglesia La Cruz, ubicada en la avenida Libertador era la que estaba surtiendo, pero el caos abundaba de un lado a otro, pues según cuenta la gente, una cola era para funcionarios de seguridad, otra para las personas y a esa se le sumaba la de motos «y todos quieren llegar y surtir de una vez», era lo que decían unos otros.
En las bombas premium el alboroto no era tanto como en la subsidiadas, pero las colas eran largas y la gente comentaba que no sabían si tenían la oportunidad de poder surtir; siempre estaban pendientes que las personas no se colearan, pues aseguran que nunca falta un «vivo».
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