Osman Rojas D.- LA PRENSA de Lara.- En Lara siguen muriendo las mujeres embarazadas. La grave crisis hospitalaria que hay en el país se ha convertido en una condena para las parturientas que ven cómo en la morgue siguen ingresando mujeres que van a los hospitales con la ilusión de abrazar a sus pequeños, pero fallecen en labores de parto.
De acuerdo a un estudio publicado por el Laboratorio de Desarrollo Humano (Ladeshu) en el 2018 murieron 41 mujeres dando a luz. La cifra es realmente alarmante pues, en promedio, cada nueve días una mujer embarazada pierde la vida al parir. Estas estadísticas, aseguran en el gremio médico, son por la crisis que hay en Venezuela, pues los números desde 2010 hablan de un repunte significativo de muertes maternas.
«Estamos en medio de una crisis humanitaria compleja. Los indicativos de mortalidad materna son un referente a la hora de hablar de crisis en los centros médicos. En ninguno de los libros de medicina aparece el embarazo como causa de muerte, pero en Venezuela esto es algo natural», comenta el doctor Jesús Mantilla, representante de Ladeshu en Lara.
El especialista comenta que los números de mortalidad materna aumentan por diversas razones además de la crisis. Las fallas nutricionales de las embarazadas es una de las principales causas, pues muchas de las parturientas llegan a sala de parto con marcados índices de desnutrición lo que, a juicio de los expertos, representa un embarazo de alto riesgo.
«Una embarazada con fallas de peso tiene más posibilidades de complicarse. Las alteraciones de la presión arterial son frecuentes en estas parturientas y eso puede ser mortal», asegura el ginecobstetra Mario Salazar.
Otro de los problemas con los que deben lidiar las mujeres que van a dar a luz es el del nulo control prenatal. Según explican fuentes ligadas al Antonio María Pineda, al centro médico llegan personas a dar a luz sin ni siquiera realizarse un eco previo.
«Las mujeres no se están cuidando el embarazo y eso es evidente. Hay parturientas que no saben si su hijo debe nacer por cesárea o por parto natural y eso, evidentemente, complica cualquier tipo de atención que se preste en los hospitales. Sin un eco es natural que uno no sepa en qué condiciones viene el niño y todo esto hace que la atención en el parto sea rudimentaria», continúa.
El mal control prenatal al que están expuestas las embarazadas se ve reflejado en el no consumo de medicamentos y vitaminas, pues los médicos estiman que siete de cada 10 embarazadas atendidas en la red pública no toma ningún tipo de tratamiento para fortalecer al bebé en su etapa de gestación. Esto, según comentan los médicos, puede generar partos prematuros lo que convierte al embarazo en un acto de alto riesgo.
«Vemos con mucha preocupación cómo en estos momentos no hay ningún tipo de control con las embarazadas. Es delicado lo que ocurre con los embarazos porque al final son las madres las que sufren», comenta el doctor Salazar.
Lo que más preocupa a los expertos es el alza en los indicativos de muertes maternas, pues en el 2011 en Lara se contabilizaron sólo 9 muertes maternas. Esa fue la última vez que Lara contó con números estables, pues luego de eso las muertes se dispararon alcanzando su punto máximo en el 2017 cuando murieron 63 mujeres en labores de parto.