Osman Rojas | LA PRENSA.- Se sientan en las afueras del Centro Comercial Cosmos y en banquitos de plásticos atienden a los clientes. Con carteles pegados en las columnas de cemento llaman la atención y a cualquiera que les pregunte lo tratan de enganchar: “Yo sé lo que hago; te quedará igual que en una clínica”, así es la forma de vender que tienen los “odontólogos callejeros” que montan brackets en el centro de Barquisimeto.
Rara vez están sin clientes y aunque no se rigen por parámetros de higiene médicos, a punta de labia logran envolver a las personas.
“Si no te gusta cómo te quedan yo te los quito y te devuelvo la plata”, ofertan.
La proliferación de “odontólogos callejeros” pasó de ser un mito a una terrible realidad. Con preocupación, las autoridades de salud ven cómo las calles se convierten en consultorios sin que nadie haga nada para revertir esta situación.
Rosalba Sánchez, coordinadora del programa Salud Bucal en Lara, está alarmada por esta situación, pues las personas que se hacen estas “instalaciones” pueden sufrir de enfermedades, como la gingivitis o periodontitis.
“La gente no entiende el mal que se hace y por moda se colocan frenos. No está mal que lo hagan por moda, pero lo correcto es que busquen a un ortodoncista para esto. Yo soy odontólogo y no me atrevo a colocar frenos por miedo a lastimarle la encía a una persona. Los que se sientan en Cosmos y montan sus consultorios no tienen escrúpulos”, critica Sánchez.
Lo que más preocupa a la especialista es el crecimiento de estos negocios. En menos de un año las calles del centro de la ciudad se llenaron de odontólogos sin licencia. “Hacen daño a la gente y eso es lo que las personas deben de entender.
llos (los odontólogos callejeros) han llegado al extremo de raspar con ácido 2 % el esmalte de los dientes para poder fijar los brackets, eso los afloja y es por eso que a muchas personas después de cierto tiempo se le caen los dientes”, detalló, aunque aclara que no hay riesgo de que deforme la postura de los miembros, porque no se le aplica fuerza, pero advirtió que si esto sucediera es grave.
La Prensa realizó un recorrido por el centro de la ciudad para contabilizar estos “consultorios” y se confirmó que en la esquina del Cosmos había cinco personas colocando los frenos.