El control debe empezar con el pediatra para evitar llegar a adulto con afección cardiovascular. El control debe empezar con el pediatra para evitar llegar a adulto con afección cardiovascular. Guiomar López | LA PRENSA DE LARA. – El despistaje de la hipertensión arterial debe ser obligatorio en aquellos casos más propensos a esta patología crónica. Los más vulnerables suelen ser los recién nacidos prematuros, recluidos en hospitalización prolongada con catéteres umbilicales, lactantes con alteración renal y niñ;os que tuvieron retardo de crecimiento intrauterino. Una amenaza extendida a adolescentes con deficiencias alimentarias, encabezadas por el abuso del consumo de sal y una vida sedentaria que pueden condenarlos a ser adultos con dañ;o cardiovascular.
La presión arterial es un tema fundamental en pediatría y especialistas advierten que se debe descartar ante una clínica de recién nacido pretérmino, a menos de 28 semanas, expuestos a la afección por un coágulo en un vaso sanguíneo que puede ser producto de antecedentes por complicaciones de la madre por subidas de la presión arterial. También por las secuelas de largos períodos de hospitalización en terapia neonatal, así como la incorporación de catéteres umbilicales para tomas de muestras y suministrar por allí medicamentos, evitando la punción tan seguida del bebé.
Florángel García, titular de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría filial Lara, explica que no se trata solamente de prematuros, sino de la falta de vigilancia de los pequeñ;os, tendiendo a olvidar a esos niñ;os que aunque tuvieron más de 37 semanas de gestación nacen con graves deficiencias de talla y peso por el retardo del crecimiento intrauterino. Esto no sólo se origina por la falta de control prenatal, sino por la alta posibilidad de que la madre sufrió de hipertensión arterial en los primeros meses de embarazo y hasta por la probabilidad de tener alguna enfermedad cromosómica.
Se tendrían consecuencias a largo plazo por una enfermedad sostenida que suele generar lesión en el corazón, en la circulación sanguínea del sistema renal y hasta evidenciándose en vasos oculares. De allí que García reitera lo indispensable de tener el diagnóstico del bebé hipertenso y así poder fijar el seguimiento de cada caso, sin comprometer otros órganos e inclusive al corazón. Además de mejorar hábitos alimenticios, evitar exceso de sodio que no sólo se trata de la sal, también comida «chatarra» y salsa de soya.
Desde la filial Lara comparten las indicaciones de Rossiny Salgueiro, cardiólogo infantil, en torno a los factores de riesgos en adolescentes, empezando por antecedentes familiares, obesidad, enfermedad renal crónica y vida sedentaria. Exige evaluación física, enfermedades asociadas, exámenes cardiovasculares y demás pruebas.
Una preocupación en ascenso ante lo silencioso del avance de la hipertensión y que exige el control médico, toma correcta de la presión arterial, más consumo de verduras y frutas, así como cumplir con actividad física, mínimo tres veces a la semana.