Kemberling Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- Yaneth Jiménez salió de su casa a botar la basura en la esquina de la carrera 13 con calle 43, y cuando La Prensa le preguntó por qué arrojaba los desechos en plena vía pública respondió que los compactadores del aseo urbano del municipio Iribarren no cumplen con los recorridos de recolección en la zona.
«No puedo dejar la basura en mi casa, el aseo urbano tiene más de 15 días que no pasa por la comunidad y si esperamos por ellos los gusanos y malos olores nos afectarían; no tenemos otra opción que arrojar la basura aquí».
Sin embargo, es un comportamiento inapropiado que se repite cada vez más y prueba de ello es el montón de desperdicios y escombros que se observan en ese lugar. ¡;Lo peor del caso! Frente a la mencionada esquina funciona la Ciudad de los Muchachos, albergue de menores de edad en situación vulnerable y también comedor popular para personas de la tercera edad.
Pedro Suárez, colaborador del centro de atención social, repudió que tiren basura en el sector que también se conoce como El Rosal, un nombre que resulta contradictorio ante tanta suciedad que se vive en el ambiente.
«Es injusto que personas de la tercera edad, niñ;os y vecinos tengan que respirar la fetidez que emanan los montones de basura; hasta animales muertos son arrojados y, su avanzado estado de descomposición, ocasiona hedores que afectan a todo el que pasa por aquí».
Por otro lado, Juan Carlos Alvarado, residente del sector El Rosal, habló de la falta de agua por tubería. Sólo reciben el vital líquido los días miércoles durante algunas horas de la tarde, resultando insuficiente para almacenar y así cumplir con los quehaceres del hogar.
