Agatha Reyes | LA PRENSA.- “Bambi, bambi, bambi”. Así canta Ronnel Vázquez bajo el sol inclemente todos los días en la avenida Vargas con carrera 22. Lleva más de siete meses como trabajador informal. Sale de lunes a lunes bien tempranito de su casa para comenzar a vender bambinos ya que este se ha convertido en su empleo luego de tener que parar indefinidamente su medio de transporte. “Antes trabajaba como chofer, pero se me daño la unidad y no encontré repuestos”, comentó Vázquez mientras sonreía y afirmaba que al igual que muchos de sus compañeros le tocó buscar otra opción de trabajo.
La venta de bambinos se ha convertido en el empleo más común para quienes no han logrado encontrar un trabajo fijo o que por la situación país les tocó abandonar su oficio cotidiano de obrero, chofer o comerciante por la falta de materiales. Ahora deben recurrir a nuevas alternativas que les permitan tener un ingreso económico así sea para cubrir el alimento de un día.
“A diario hago como 7 mil bolívares, no es mucho pero me alcanza para comprar al menos la comida para mis hijos”, comenta Víctor Piña quien anteriormente también trabajaba como chofer. Piña al igual que Vázquez, trabaja vendiendo bambinos y se ayuda como chequeador de la línea de taxi donde anteriormente laboraba.
Comenta que por lo general logra vender ocho paquetes de bambinos, pero en los días más duros como los fines de semana vende de tres a cuatro paquetes, cada uno tiene un valor de 2 mil bolívares, dependiendo del lugar donde los compre. A veces logra conseguirlo en mil 500 bolívares. Para José Rodríguez la historia es similar.
Llevaba diecisiete años trabajando como constructor, pero en vista de la falta de materiales le ha tocado buscar otro empleo. “Primero vendía cepillos, luego aliños, zarcillos, jabón, cremas y ahora bambinos. “Esto es lo que hay” dijo Rodríguez.