Shamira Padua | LA PRENSA.- El presidente Nicolás Maduro decretó el primer día de 2018 el incremento del bono de alimentación, pero en menos de una semana ese aumento no alcanzaba para comprar, al menos, 4 productos de la cesta básica y pocos días de la fecha donde generalmente las empresas cancelan este beneficio laboral, el ajuste en vez de alegría provoca lamentos.
“Ya ni queso se puede comprar”, exclamó con rabia Digna Méndez, una ama de casa barquisimetana cuando hace cuentas de lo que puede comprar con el ajuste presidencial del bono conocido popularmente como “cestaticket” que estaba en Bs. 279 mil y que se establecería en 549 mil bolívares.
La señora confiesa que hace tripas corazón cuando se trata de comprar alimentos para que ella y su familia coman porque luego de realizar un recorrido por diversos comercios de Barquisimeto, donde se encuentran los productos a precios “no regulados”, el total del pago de los cestaticket le alcanzó para adquirir un medio kilo de muslo de pollo, medio kilo de carne molida, arroz y medio kilo de pasta.
Digna fue para una carnicería del centro de Barquisimeto y allí las proteínas que compró se consumió el 350 mil bolos. El restante del bono de alimentación, que era 199 mil, lo invirtió en el arroz que se lo vendieron en 90 mil y el espagueti en 90. A la señora le quedaron 19 mil “bolivitas” con lo que terminó de comprar 3 plátanos.
“Así aumenten (el bono de alimentación) de forma diaria no va alcanzar para nada. Todo lo que compramos es bachaqueado porque en los abastos o supermercado no hay nada”, aseveró Blanca Mendoza, administradora quien dijo que este principio de año ha sido complicado para ella y su familia porque ese incremento presidencial se vuelve agua y sal con la realidad del mercado alimenticio en el país.
Círculo vicioso
“El aumento de la cestaticket y del sueldo no es una solución para los trabajadores” aseveró el economista Héctor Reyes cuando explica que el aumento está por debajo de las necesidades de un trabajo y su poder adquisitivo se disminuye.
“Están aumentando un porcentaje que no representa un equilibrio, porque los precios rebasan el monto del bono de alimentación”, acota al momento de explicar que lo que se está generando es un círculo vicioso porque al aumentar el bono de alimentación se incrementan los costos de los productos, que posteriormente genera menor poder adquisitivo para el trabajador y se convierte en inflación.
También define la importancia al momento de realizar un aumento, se debe de tomar en cuenta un ajuste en términos reales, que ayudará a determinar la cantidad de productos que puede comprar un trabajador con los Bs. 549 mil del bono de alimentación, de esta forma se podría hacer un estudio de mercado, para colocar un monto que se adecue a la situación económica actual.
Reyes asegura que el año 2017 cerró con una inflación del 2.616 por ciento, para este año determina que se elevara aún más.