Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Un trastorno alimenticio puede llevar al límite emocional a los adolescentes, quienes terminan con ansiedad o depresión. La anorexia y la bulimia se consideran como las principales conductas del desorden en la comida que si no son tratados a tiempo pueden convertirse en tragedia.
Para la psicólogo, Elaine Mogollón, la anorexia y la bulimia más que todo se detectan en pacientes femeninas entre 14 y 18 años de edad, y destacó que estas conductas tienen mucha comorbilidad, es decir, pueden desarrollarse a la par síntomas de ansiedad, síntomas de depresión y también ideas suicidas. Ofrece recomendaciones a los padres para que acompañen en este proceso a sus hijos, considera importante abordar el tema porque se trata de un desajuste emocional.
«En el caso de la anorexia, la persona no come porque no quiere aumentar de peso, aun cuando está flaco y esto es un trastorno de la imagen corporal, mientras que la bulimia la persona come normalmente, pero siente vergüenza de haber comido tanto y es cuando se induce el vómito o se provoca diarreas para eliminar calorías de los alimentos que ha consumido«, explicó Oswaldo Lizarzado, nutricionista.
Lizarzado detalló que los casos de bulimia y anorexia deben ser tratados por nutricionistas, psicólogos o psiquiatras, debido a que es una enfermedad que puede traer otras, como la depresión y la ansiedad.
«Hay personas que ocultan muy bien que comen y comen, pero no entienden porqué están flacas y en realidad lo que tienen es anorexia«, sostuvo Lizarzado.
Aunque la anorexia y la bulimia no son los únicos trastornos de la conducta alimenticia, son los más frecuentes en el mundo. Especialistas concordaron que ambas presentan alteraciones hormonales y en el caso de la anorexia altera inclusive la menstruación en las adolescentes.
Según los expertos en psicología y nutrición, es importante que se hable del tema para que los padres conozcan cómo detectar estas enfermedades y que puedan buscar ayuda que se trate de un equipo clínico.
Entorno
Mirarse al espejo y sentirse obeso, a pesar de que no lo esté, comer en exceso y luego sentir culpa hasta el punto de provocarse el vómito es un comportamiento emocional y que muchas veces puede ocurrir por la exigencia de los familiares y la imagen idealizada que tienen.
«Hay familias que son muy exigentes con la imagen corporal de sus hijos y se les va de las manos«, dijo Lizarzado.
Especialista llama a estar atentos a los síntomas& ;
Elaine Mogollón, psicólogo, explicó que hay cambios emocionales que pueden ser difíciles de diferenciar porque pueden ser parte de las experiencias habituales y de los cambios emocionales esperados en adolescentes, como la irritabilidad, el rechazo a algunas cosas, la negatividad a participar en algunas actividades familiares. Pero indicó que los padres deben estar atentos a cambios a la hora de comer, quizás el hijo, hija, no quiere comer con la familia cuando antes sí lo hacía, prefiere comer solamente en la habitación, guarda comida en la habitación, o prefiere ciertos tipos de alimentos son algunas de las cosas que pueden poner en alerta a los padres.
«La recomendación para papás y mamás es acompañarlos en el proceso porque eso tiene que ver mucho con la respuesta emocional de los pacientes. La evaluación también multidisciplinaria tiene que ser con nutricionista, con médico general y psicólogos«, dijo la especialista.