Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Cierran sus ojos y se les escapa un suspiro. Es la primera reacción de quienes crecieron jugando en la frescura del parque Ayacucho y apreciaban las ardillas entre la inmensidad de ese pulmón vegetal. Pero al aterrizar en la actualidad, piden una exhaustiva restauración del grupo escultórico de los libertadores ante la cercanía del bicentenario de la Batalla de Ayacucho.
Este parque referencial de Latinoamérica arriba a sus 89 añ;os, se levanta entre las obras del entonces presidente de Lara, General Eustoquio Gómez y resalta al estilo francés del ingeniero Rolando Coultrox. «Era un lugar tan acogedor para correr y disfrutar de sus inmensas maporas», dice Germán Gutiérrez, de 85 añ;os, quien disfrutó de sus tardes de retretas y lamenta que la mayoría de esas maporas están quedando desnudas, ya no visten sus ramas.
El respeto fue otro de los puntos inolvidables para Witermundo Perozo y recuerda que los enamorados sólo se limitaban a reservadas pruebas de amor en público. «Pero luego hasta el vandalismo amenazó a este patrimonio tan importante», se lamenta y luego señ;ala a una ardilla a paso veloz, extrañ;ando el sello que perdura de un parque entre el revolotear de palomas que se bañ;aban en las fuentes de agua cristalina.