José D. Sequera | LA PRENSA de Lara – Todos los días después de las 5:00 pm, el chofer Carlos Sosa tiene que ir a toda velocidad manejando su ambulancia para encontrar una gasolinera que esté trabajando y surta combustible. «Si se hacen las seis y no echo gasolina, no puedo trabajar de noche porque lo que tenga en el tanque no me alcanzará», afirma el hombre con cierto tono de preocupación.
La aseveración de Sosa es una realidad que viven las ambulancias públicas y privadas de Barquisimeto, pues las fallas en el suministro vespertino a las 67 gasolineras que hay en la capital de Lara, hacen que los traslados nocturnos y de madrugada estén en jaque.
De acuerdo a los choferes de las ambulancias, entre las 7:00 de la noche y las 5:00 de la mañana se realizan en promedio entre tres y cuatros traslados desde o hacia centros de salud, pero para esto es necesario que la unidad tenga su tanque full de gasolina, generalmente siendo la capacidad entre 100 y 120 litros.
Aunque las ambulancias tienen preferencia y no realizan colas, conductores de estos vehículos como Ignacio Vizcaya, quien maneja una ambulancia del Hospital de El Tocuyo, explica que en la tarde prefieren ir a las gasolineras ubicadas en la avenida Venezuela, Libertador, Vargas con 21 y en la avenida 20 con 13 porque son a las que surten a diario.
«Si se hace de noche y aún no he logrado echar gasolina, trato de moverme hacia el este de Barquisimeto o al Tamunangue al oeste porque en esas suelen dejar reservas para emergencias, pero debemos dar una colaboración de Bs. 500″, explicó Vizcaya al decir que conseguir dinero en efectivo también es una traba.
En caso de no lograr surtir el tanque para las ambulancias privadas, dejan de embolsillarse al menos Bs. 750 mil con tres traslados que no logren hacer entre la noche y la madrugada, porque los traslados cortos cuestan mínimo Bs. 250 mil mientras que hacia el norte, Cabudare o El Manzano oscilan en Bs. 500 mil.
Sin embargo, en los fines de semana la situación se pone peor, según explicaron los choferes, pues la cantidad de estaciones surtidas baja más de la mitad. En muchos casos apelan por bidones, pero estos también cuestan dinero. «Yo tengo aunque sea dos bidones llenos para llenar medio tanque, con eso hago dos traslados», aseguró Roberto Lamela.