Osman Rojas | LA PRENSA.- El Día Mundial del Autismo es hoy y en el estado Lara no hay nada que celebrar. La marcada escasez que hay en el país y la galopante inflación con la que deben lidiar los venezolanos obliga a los padres a hacer lo que sea para garantizar la alimentación de sus hijos que padecen este trastorno.
“Cada vez es más difícil comprar porque las cosas no aparecen”, lamenta Cecilia Parra, madre de un niño autista. La señora contó que lo que más cuesta es adaptar la dieta del pequeño pues, por recomendación médica, una persona que sufre autismo no debe consumir gluten o azúcares en exceso.
“A veces hay días en los que no tengo nada que darle y debo resolver con frutas y verduras, pero el hambre le queda igual”, lamenta la madre.
Abraham Castellanos, licenciado en nutrición, comenta que una persona que sufre de autismo y que tiene una alimentación correcta puede ser insertada a la sociedad con algo de normalidad; sin embargo, cuando las reglas alimenticias son violadas, el trastorno se hace mucho más evidente.
“El consumo de azúcares los vuelve hiperactivos y el gluten afecta su capacidad motora. Un niño autista debe ser criado bajo ciertas condiciones y aquí no entra sólo la tranquilidad que debe estar presente en el lugar, donde se desarrolle, sino también su dieta”, dijo Castellanos.
Generalmente, tiendas naturistas, locales especializados o establecimientos como Farmatodo venden los alimentos para las personas con autismo, pero desde hace unos seis meses la mercancía a estos comercios llega con mucha intermitencia.
El equipo reporteril de La Prensa realizó un recorrido por la ciudad para buscar tiendas que tuviesen a disposición estos productos y sólo en dos Farmatodo (el de La Concordia y el de la avenida Lara) tenían pasta sin gluten. El precio de este producto estaba en 4 mil 718 bolívares. “Cada vez que los alimentos aparecen tienen un precio distinto”, dijo un trabajador de Farmatodo.