E. Materán/ E. González | LA PRENSA.- Una bomba de tiempo. Un niño muerto por malnutrición y tres más ingresados a la sala de observación del Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga por la misma causa dejan en evidencia la falta de proteínas y nutrientes en la alimentación de las familias larenses, debido a la escasez de alimentos.
La malnutrición se incrementa en Lara desde hace dos años. Aunque los pediatras y nutricionistas no se atreven a decir cifras sobre los casos que han recibido en ambulatorios y hospitales, sí admiten que sienten preocupación al ver que cada vez son más frecuentes los niños que llegan a la consulta con bajo peso.
Antes se veían estos casos sólo en los libros, pero ahora se han vuelto realidad”, dijo Rolando Rojas, especialista en Nutrición al reconocer que al evaluar el ritmo de alimentación de la familia del niño o mujer embarazada descubren que no es la indicada.
Explica que hay madres que no tienen los recursos para comprar las vitaminas y por eso los casos de malnutrición se ven desde recién nacidos. “Hay registros de niños que duran mucho en recuperarse”, manifestó el especialista aclarando que todo depende de las condiciones en que se encuentre.
La pediatra Bizet Cordero añadió que es importante que las madres se mantengan activas con la lactancia materna para tratar de no darle a los niños leche de vaca o cabra, pues dependiendo del caso puede traer como consecuencia diarrea y deshidratación.
Malnutrición mortal
Un triste caso de muerte por malnutrición se registró ayer en el Zubillaga. Se trata de un bebé de cuatro meses proveniente de Sarare, cuyos padres lo llevaron al médico por una infección urinaria, sin imaginar que además tenía problemas de peso.
No sé qué pasó, él estaba de buen peso, pesaba 6 kilos 800 y no estaba delgado”, dice Nora García, abuela materna del bebé. La madre del niño tiene 17 años, ella vive en Valles de Gamelotal de Sarare junto a sus padres.
Nora relata que el 7 de enero al bebé lo llevaron al Zubillaga porque no podía orinar. Allí le diagnosticaron infección en la orina y le mandaron un tratamiento. Ocho días después el niño no paraba de llorar, tenía llagas en la boca y una pierna se le puso muy roja.
El domingo en la noche lo llevaron al Hospital de Sarare, donde le dieron una hoja de referencia para que lo trasladaran al Pediátrico, pero no fue si no hasta la madrugada del lunes que lo llevaron en carro particular. Cuando llegaron al Zubillaga, supuestamente, una doctora les dijo que el bebé estaba deshidratado, desnutrido y seguía con la infección en la orina.
Al pequeño lo intubaron, le hicieron una transfusión de sangre y tenía poco pulso. A las 10:00 pm del lunes murió de tres paros respiratorios.
Nora cuenta que el niño no tomaba leche materna porque le daba diarrea. Le preparaban tetero de crema de arroz y se tomaba de tres a cuatro teteros diarios. También le daban crema de verduras. La familia asegura que ellos comen las tres comidas al día, pero en pocas cantidades.
Hablé con ella para que le quitara la teta, porque era eso lo que le hacía daño, fue el error más grande que cometí”, dijo Nora y de inmediato baja la cabeza mientras una lágrima corre por su mejilla.