Maryurie Rivero | LA PRENSA.- Como si fueran hoteles. Viajeros que van de Barquisimeto a Colombia y a otros destinos desde el terminal de pasajeros de la ciudad tienen que dormir en las aceras externas de las instalaciones para hacer colas y comprar sus pasajes debido a la alta demanda de salida que existe.
Sentados con sus maletas y mercancía que llevan para vender en otros países, hombres, mujeres, niños y ancianos tienen que pernoctar afuera del terminal, porque a las 12 de la medianoche son desalojados de las partes internas, aseguran ellos. Hacen sus necesidades allí y de paso no descansan por miedo a que los choros los atraquen.
‘‘Vivo viajando y he llegado a durar hasta tres días durmiendo afuera del terminal para poder comprar los pasajes. Y como yo hay muchas personas más que les toca quedarse”, expresa María Viloria, quien ya tiene un día esperando para comprar su pasaje hasta Guasdualito.
Los pasajeros alegan que ellos duermen afuera desde las 12:00 de la madrugada hasta las 7:00 de la mañana, hora en la que pueden volver a entrar. Les resulta más económico quedarse a esperar para poder comprar el pasaje que irse a sus casas, para así evitar gastar el efectivo sin importarles el peligro que esto genere.
“Se ven a las madres amamantando a sus hijos en la calle porque no dejan que nadie se quede haciendo la cola adentro del terminal”, dijo Maickel Apóstol, quien ya lleva un día haciendo la cola junto a sus hermanos para poder comprar su pasaje hacia Santa Marta.
Precio les complica
El precio del pasaje también se ha convertido en un dolor de cabeza para estos viajeros no tanto por lo costoso, sino por el efectivo.
Hacia Santa Marta, Colombia, un pasaje cuesta un millón 600 bolívares, mitad transferencia y mitad efectivo, del cual si no pagan completo los transportistas no llevan a nadie. Lo mismo ocurre con otros destinos lejanos como San Antonio del Táchira.