William Croes Ayala| LA PRENSA.- Por la crisis se ha reducido la cantidad de comidas que dan en los centros de atención Venezuela dejó de ser un país que brinde calidad de vida para los adultos mayores. Las personas de la tercera edad, a diario, libran una dura batalla contra situaciones adversas que van desde la pérdida de la atención prioritaria en el sistema social a otros puntos más críticos como la escasez de medicinas y alimentos.
El informe 2015 – 2016 de la ONG Convite A.C. refleja las duras condiciones que atraviesan los adultos mayores en el país. Luis Fernando Cabeza, director y activista, sin tapujos sostiene que los resultados que arrojó dicho estudio ubica a Venezuela como el peor país para envejecer.
El derecho a la seguridad económica se ha visto vulnerado. El informe indica que hay un promedio de 900 mil adultos mayores que están fuera de la pensión. Sin contar que, los beneficiarios señalan que el recurso que reciben por parte del Estado no les rinde ni para una quincena.
“El dinerito que cobro lo gasto en medicinas o alimentos. Si me enfermo no compro comida y viceversa”, expresa María Silva, una abuelita que se caló cuatro horas en una cola en el Banco Bicentenario para cobrar su pensión.
Cabeza señala que en materia económica, los adultos mayores se gastan el 40 % de la pensión en medicinas. Mientras que han sacrificado la dieta básica porque requieren 11 pensiones para adquirir la canasta alimentaria en su totalidad.
En cuanto a la salud, el último sondeo recoge que hay una escasez de medicinas para la diabetes en un 93 % y un 97 % en hipertensivos. “Es preocupante porque estas enfermedades las padece un 80 % de los adultos mayores”, expresa Cabeza.
En materia de alimentación la crisis no se remonta sólo en las neveras de cada adulto mayor. El informe precisa que hay un profundo desabastecimiento en los ancianatos y casas hogares, donde muy pocas veces se están haciendo las tres comidas diarias o no se cumplen con la dieta calórica necesaria para las personas de la tercera edad que a partir de los 60 años comienzan a perder masa muscular.
“Hay casos muy duros que evidencian la crisis, como en el Instituto Regional de Miranda para los adultos mayores, donde en los chequeos médicos se comprueba que hay una pérdida promedio de dos kilos por cada abuelo”, expresa Cabezas, quien además indica que son los adultos mayores los más perjudicados por la situación que atraviesa el país.
La atención prioritaria de los “abuelos” se ha reducido a su nivel más dramático. La escasez de medicamentos, alimentos y también valores ha puesto en vigencia la teoría de supervivencia del más apto, en la cual las personas de la tercera edad han quedado relegadas a un segundo plano y con la falta de atención prioritaria en colas de supermercados para la compra de alimentos, puestos en el transporte público entre otros beneficios que gozaban antes de que aumentara la crisis económica y social en el país.