Ana León | LA PRENSA.- A las dos de la tarde, un grupo de alrededor 50 personas discapacitadas y mayores de 60 años llegó con carnet en mano al Cecosesola de Barrio Unión a buscar el número con el cual le venderían comida regulada el fin de semana. La sorpresa que se llevaron en la entrada del recinto fue encontrar la puerta cerrada y las máquinas que dan los números apagadas.
Ender Duarte salió a hablar con los abuelitos para que se calmaran, pues tenían casi dos horas peleando con otros trabajadores en ambos accesos del lugar y habían hasta trancado la calle principal en forma de protesta.
Duarte explicó que el problema que hubo fue por el tiempo. Desde que se implementaron las máquinas se tenía registrado que después de la 1:00 pm la afluencia de personas que buscan el número es menor a las de la mañana y por eso habían decidido cerrar a las dos de la tarde.
Reconociendo el error que hubo por parte de los trabajadores, pues no informaron por micrófono o en un comunicado que tomarían esta medida, Duarte pidió a los presentes hacer una cola y sacar sus cédulas de identidad para poder ser entregados los tickets que usarán el fin de semana para comprar.
Los abuelitos se comprometieron a llegar más temprano el martes siguiente para no generar inconvenientes en la adquisición del ticket.