Cristina Linárez | LA PRENSA.- El bullying en las escuelas y liceos ya dejó de ser “aplique” de un alumno a otro pues ahora los incidentes han tomado un acento violento que preocupa a docentes y al Colegio de Profesores de Lara. Tan grave han sido los casos en la región, que ya se han registrados dos muertes por acoso físico o psicológico: un niño residente del barrio La Batalla de Iribarren y otro en Palavecino se suicidaron a causa de esto según María Eugenia Castillo presidenta del Consejo Municipal de Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Cmdnnai).
Detallan los profesores consultados que el bullying en principio comienza con hostigamientos, críticas por su aspecto físico, color de piel, burlas por el estatus social, vestimenta y colocación de apodos insultantes, pero que desde el último año los ataques ahora son violentos.
Los consultados citaron un caso, ocurrido hace dos años, en el plantel Pablo José Álvarez cerca de la Plaza Ayacucho. Un estudiante le lanzaba semillas de un árbol a una alumna y cuando la afectada se volteó a ver a su agresor, una de las semillas le cayó dentro de su ojo y la lesionó en la retina.
“En un 80 por ciento de las escuelas y liceos del estado existe el bullying entre los estudiantes” aseguró Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores en referencia a cómo ha incrementado los casos de acoso.
Otro ejemplo que logró conocer La Prensa fue en un liceo de El Cují donde un estudiante golpeó a otro para quitarle la merienda, “porque desde hace días no le quería dar de su comida”.
En el Colegio Monseñor Benítez también hubo un caso de bullying usando apodos. Se trata de un estudiante de nombre “Nicolás” a quien hicieron llorar de forma repetida y hasta se negaba a ir a clases porque sus compañeros de clases le decían el nombre del presidente de la república, Nicolás Maduro y se burlaban.
Este caso se logró resolver cuando la madre del niño hizo saber el caso a la autoridad del colegio y se logró que cada representante hablara con su hijo para que hubiese respeto.
Los acosos ha llegado a tales niveles donde los docentes también se han visto afectados pues algunos hasta han recibido amenazas por parte de sus alumnos, al no pasarles la materia por tener malas calificaciones. Y esto se agrava aun más cuando estas amenazas son acompañadas con armas para generar temor.
Sin denuncias
El gremio de docentes, los profesores consultados y Castillo coinciden en tres elementos que “nutren” los casos de acosos escolares y que los hace más violentos: la falta del fortalecimiento de los valores en los estudiantes; “la destrucción en la educación”; y por último, que los padres, docentes y estudiantes denuncian “los apliques”.
Arroyo manifiesta que “la destrucción en la educación” se refiere a que las instituciones no se “afincan” para hacer correcciones actitudinales ni de comportamientos a los alumnos “apliques”. También dice que la falta de correcciones a estas acciones desde su inicio hace que los muchachos se sientan a sus anchas de seguir siendo problemáticos.
“La Zona Educativa le quita autoridad a los docentes para corregir a los estudiantes dentro de las aulas, dejando pasar hechos que ‘como si nada ha pasó’, ya que ni por faltas mayores, pueden ser expulsados los estudiantes de los planteles” acota.
Castillo explica que al Consejo Municipal no han llegado denuncias para que ellos puedan abordar casos de acosos y evitar los suicidios.
“Hemos hecho campañas para acercanos a los docentes y atender estos casos” explica algunas de las acciones para controlar la situación.