María F. Hurtado | LA PRENSA.- Cafeceros se van a pique. Era la 1 de la tarde y Katherine Flores sólo había vendido 15 vasos pequeños de café. Con el cansancio reflejado en su rostro, cuenta que sale de su casa a las 5 de la mañana a trabajar con su termo, exponiéndose no sólo al peligro sino también al desgaste físico para sólo vender medio termo.
Lo que antes era considerado un oficio de muy buena ganancia ahora es la peor inversión, calificado así por Néstor Sequera, cafecero de la zona centro de Barquisimeto.
El costo de la materia prima ha ocasionado que más de un vendedor abandone la calle para dedicarse a otra cosa. Un kilo de café puede llegar a costar hasta un millón de bolívares mientras que la azúcar, que no se encuentran con facilidad, puede adquirirse bachaqueada en casi 300 mil “bolivitas”.
En la avenida 20 predominaban los cafeceros que vendían hasta tres termos diarios, sólo desde las 6 hasta las 9 de la mañana, ganando lo suficiente como para ayudar en casa y darse unos lujitos.
Ahora se necesita poco más de un millón de bolívares para financiar la compra de café, azúcar y vasos desechables. Comerciantes alegan que “es mayor la inversión a la ganancia y eso ha hecho que muchos abandonen. Esta calle estaba full de cafeceros y todos vendíamos”, dijo Sequera.
Carlos Rodríguez, cafecero, reveló que esta es la peor época para vendedores ambulantes. “Tengo 20 años en la calle y antes salía con 6 termos; ahora sólo cargo 2 termos”, mencionó.