LA PRENSA.- Muchos aman comer gomitas y no importa el lugar ni la hora, incluso, algunos las esconden en el escritorio del trabajo, o en la cartera tienen una bolsa de panditas rojos.
¿Cómo se hacen las gomitas?: la historia de una «adicta»
Realmente, no recuerdo cuándo inició este gusto pegajoso, pero sí tengo en mi mente el instante justo que pensé dejarlo; cuando mi papá me reveló que lo que me metía a la boca era el producto de huesos pulverizados, reseña Salud 180.
Después de la primera impresión (repulsión), decidí investigar de qué estaban hechas las gomitas: grenetina, ingrediente que en un 90% es colágeno, proteína que se encuentra en piel y huesos.
¡Sí, mi papá tenía razón! En la industria alimentaria, la grenetina se obtiene de la piel sin curtir del ganado vacuno y de los descarnes frescos de la cabeza y huesos.
A estas residuos se les quita la grasa y se les tritura en un período máximo de 24 horas después de que el animal muere.
Posteriormente, se lavan con ácido los cueros y lo que sale de la trituración llamado oseína. Se mezcla con cal durante 10 minutos. Por último, se deja enfriar y solidificado.
¡No es tan malo!
Aunque, al principio, no me resultó nada fácil seguir comiendo gomitas; todo el tiempo se me venía a la mente que estaba comiendo algún tipo de desperdicio. Entre más leía también descubría que este dulce me permitía fortalecer mis tejidos óseos, así como hacía crecer más rápido mi cabello y uñas.
Y si somos honestos, ¿cuántas cosas, de las que ingerimos, tienen un origen “grato” o que conocemos?