Daniela Valladares | LA PRENSA.- “La semana pasada me quitaron el teléfono, la vianda del almuerzo y el bolso, a la mayoría nos espelucaron lo que cargábamos y los tipos salieron como si nada, yo creo que ni corrieron”, cuenta un usuario de la ruta 9, quien prefirió resguardar su nombre por seguridad y que ya ha sido atracado en 2 oportunidades en el transporte público.
El modus operandi de los malandros es subirse en parejas, incluso algunos consultados por La Prensa, aseguran que las féminas también son cómplices en los atracos y mientras uno se va a la parte de atrás, el otro espera cerca de la puerta o del chofer para amedrentarlos con pistola o alguna arma blanca.
“Uno tiene que estar pilas con todo el que se monta porque esa ruta se volvió casi tan peligrosa como el 5, si veo gente rara prefiero bajarme y caminar o esperar otra unidad”, confiesa temerosa, una usuaria que decide tomar esa unidad cuando es la única opción que le queda.
Las horas donde mayormente se reportan estos casos es temprano en la mañana o pasadas las 6 de la tarde. La presencia policial en las calles es prácticamente nula, denuncian los usuarios, quienes hacen un llamado a las autoridades para que patrullen y así proteger a los ciudadanos de la inseguridad que los tiene en las ruinas.